Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en el mundo, y tales estadísticas se mantienen, incluso, tomando en cuenta los estragos que hizo en el mundo el Covid-19, y para el cardiólogo Alberto Di Paolo, esto solo se puede evitar con lo que él ha denominado muy acertadamente el «buen vivir».
El buen vivir es una alimentación sana, hacer ejercicios constantes y aunque no lo crean hacer una siesta, aunque sea de 45 minutos, esto que parece un elemento cultural de muchos europeos, de los españoles, de los franceses o de los italianos, debe ser, en opinión del doctor Di Paolo, una costumbre que deberíamos asumir cuanto antes, el organismo debe tener un momento de descanso desde que inicie sus actividades hasta que las recobra nuevamente en la tarde.
Muchas pueden ser las causas que pueden ocasionar problemas cardiovasculares, la diabetes es una de ellas, generalmente o casi en su totalidad los diabeticos son hipertensos, pueden existir otras situaciones degenerativas importantes que, por supuesto motivan un diagnóstico mucho más especializado por parte del cardiólogo, hay que tomar en cuenta que la pandemia aumentó considerablemente el pánico, la angustia, la incertidumbre y el estrés y, por supuesto, esto produjo un aumento de las enfermedades cardiovasuclares.
El sueño es otro de los aspectos significativos, una persona debe dormir por lo menos seis horas diarias mínimas, si no lo logra va derecho a convertirse en un hipertenso, entonces, no queda otra, «hay que dormir bien».
Existen mucho mitos sobre los infartos, que a los jóvenes les da más fuerte que a cualquier adulto, esto para este cardiólogo, que tiene su consultorio en el Hospital Metropolitano de Maturín, son simples mitos, las consecuencias de un infarto son iguales para un viejo o para un adulto, y lo que viene después del infarto representa adaptarse a una forma de vida distinta, y en cuanto a otra de las motivaciones está el accidente cerebro vascular.
Todo depende de cómo enfrentemos de manera cultural la vida, si comemos bien, si no nos metemos un poco de grasas y carbohidratos, pues habremos ganado mucho a la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, solo se trata de un elemento cultural, tampoco es bueno el exceso de trabajo, la gente debe trabajar de 40 a 44 horas semanales, no más de allí, el llevar una vida placentera, una forma de mantener la recreación, el entusiasmo, formar parte de eso que llamamos «vivir bien» y cuando eso se ejecute seguramente veremos como bajan las enfermedades cardiovasculares, recordó que todos los fármacos que necesita una persona para controlar una tensión arterial o un accidente cardiovascular son extremedamente costosos y cómo se puede evitar esto, comiendo sano, haciendo ejercicio, en otras palabras «vivir bien».
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