Comenzó la pulseada por la Casa Blanca en el seno del partido republicano y Donald Trump, expresidente, trata de recuperar el terreno ganado por Ron DeSantis, gobernador de Florida, y uno de los principales contendores, impulsor de una nueva y estricta legislación contra la inmigración ilegal en el estado.
La aprobación pública del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se situó a principios de mayo en 40 %, cerca del nivel más bajo de su mandato, con los estadounidenses descontentos por su gestión de la inmigración y la inflación, según mostró un nuevo sondeo de Reuters/Ipsos.
Por ello la estrategia es pulverizar la imagen de debilidad de la Casa Blanca frente a este tema.
El martes Trump prometió acabar con el derecho a la ciudadanía para los hijos de migrantes que nazcan en EE.UU.
“Como parte de mi plan para asegurar la frontera, en el primer día de mi nuevo mandato firmaré una orden ejecutiva dejando en claro a las agencias federales que, según la interpretación correcta de la ley, los futuros hijos de inmigrantes ilegales no recibirán la ciudadanía estadounidense automáticamente”, dijo Trump en un video grabado desde su mansión en Palm Beach (Florida).
El expresidente pretende ordenar a las agencias federales que exijan que al menos uno de los dos padres sea ciudadano estadounidense o residente permanente legal para que sus hijos nacidos en el país se conviertan automáticamente en ciudadanos estadounidenses, según nota de Univisión.
Los niños no podrían acceder a “pasaportes, números de Seguro Social ni ser elegibles para ciertos beneficios de asistencia social financiados por los contribuyentes”. Con la medida, se propone disuadir a migrantes de ir a los EEUU y busca que los que se encuentren en esa condición, regresen a sus países.
En el inicio de su campaña, Ron DeSantis acusó que Estados Unidos está yéndose en la dirección equivocada con el actual gobierno de Joe Biden. “No podemos tener millones de extranjeros entrando a nuestro país ilegalmente, no podemos permitir a los cárteles envenenar a nuestra población con fentanilo”, expresó.
DeSantis dijo que las fronteras de Estados Unidos deben ser respetadas y regresar a la “normalidad” a las comunidades estadounidenses. El gobernador de Florida subrayó su compromiso este martes en Iowa en el “combate” contra las ciudades santuario (cuyas autoridades declinan colaborar con las autoridades federales en el arresto de migrantes indocumentados).
“La frontera está colapsada. Millones de inmigrantes ilegales entran, muchos criminales y terroristas y los carteles de la droga y el fentanilo”, dijo DeSantis en la primera parada de su gira por tres estados que supone el inicio formal de su campaña para las primarias del Partido Republicano en 2024.
“Somos una nación soberana y nuestra frontera debe ser respetada”, afirmó ante unas 500 personas en el auditorio de una iglesia cristiana evangélica en los suburbios de Des Moines, donde los carteles proclamaban un “Gran Regreso Estadounidense”, lema de su campaña.
Además de Trump y DeSantis, se inscribieron para competir por la nominación republicana la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU Nikki Haley; el exgobernador de Arkansas Asa Hutchinson; el empresario Vivek Ramaswamy; y el senador Tim Scott; la semana próxima lo harán el exgobernador de Nueva Jersey Chris Christie y el ex vicepresidente Mike Pence, que sirvió con Trump.
Con información de Versión Final
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