La historia de la aviación cuenta con varios casos de accidentes aéreos que acabaron en tragedia. El del vuelo MH370 de Malaysia Airlines, a diferencia de otros sucesos, todavía cuenta con un amplio abanico de incógnitas por resolver.
Entre ellas, qué sucedió con el avión que debería haber completado la ruta entre Kuala Lumpur (Malasia) y Pekín (China), así como el paradero de las personas que iban a bordo de ese vuelo, tanto pasajeros como miembros de la tripulación. Un total de 239 personas desaparecieron por causas desconocidas. Ahora, el Gobierno malasio sopesa retomar en breve las labores de búsqueda después de varios intentos sin éxito.
Así lo hizo saber el ministro de Transporte de Malasia, Anthony Loke. «Haré todo lo posible para obtener evidencias, firmar un nuevo contrato con Ocean Infinity para que la búsqueda se reanude lo antes posible». Una búsqueda que se repetirá después de las primeras en las que intervinieron, además de las autoridades malasias, de otros países como China, Australia, Estados Unidos o Singapur.
Para conocer la historia, debemos remontarnos a diez años atrás. Concretamente, al 8 de marzo de 2014, el MH370 de Malaysia Airlines se prestaba para cubrir la ruta entre la ciudad malasia y la capital china. Eran las 0:41 horas (hora local en Malasia) cuando el avión despegó del Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur. A las 6:30 horas, su aterrizaje estaba previsto en Pekín. Sin embargo, su llegada nunca se produjo.
Después que alcanzara una altitud de unos 11.000 metros y una velocidad de 872 km/h, a las 1:20 horas, es decir, 40 minutos después de su despegue, la aeronave perdió todo tipo de contacto con el control del tráfico aéreo malasio, justo cuando se disponía a entrar en el espacio aéreo de Vietnam. En concreto, el contacto por radar y radio se pierde en las coordenadas 6°55′15″N 103°34′43″E, en el Golfo de Tailandia, cerca del Mar de la China Meridional.
No fue hasta las 2:40 horas cuando la aerolínea emitió un comunicado de prensa informando sobre la pérdida de contacto. Antes de su desaparición, la aeronave no remitió al control de tráfico aéreo ningún problema en lo que a problemas técnicos o condiciones climatológicas adversas se refiere. Un avión que llevaba combustible para efectuar hasta 7,5 horas de vuelo, es decir, podía cubrir perfectamente el trayecto en cuestión.
Se esperaba que la tripulación hiciera contacto con el control aéreo de la Ciudad de Ho Chi Minh, una vez adentrado en el espacio aéreo vietnamita. No fue así. El Boeing 777, cambió de rumbo de forma manual, y no lo hizo de forma mecánica, ni tampoco con el piloto automático, tras realizar un giro brusco en dirección suroeste hacia la península de Malasia, para luego virar y abandonar la zona de radar.
Con información de Agencias
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