En todo país, cuando hay una diputa electoral el primer síntoma que se mide es el económico y para este martes 8 de junio, cuando Pedro Castillo tiene una ventaja mínima sobre Keiko Fujimori, la moneda peruana cerró con una caída de 2,42%, a 3,937/3,938 soles por dólar.
Se trata de un nuevo mínimo histórico, pese a la intervención del Banco Central que vendió 253 millones de dólares a un cambio promedio de 3,9255 soles. Operadores del mercado en Lima dijeron que el flujo de demanda de dólares fue mixto, de inversionistas extranjeros y locales, en medio de dudas sobre el futuro modelo económico.
En tanto el índice selectivo de la Bolsa de Lima se desplomaba 7,12%, a 539,58 puntos, con las principales mineras de cobre clave como Cerro Verde y Southern Cooper, entre las más castigadas.
En la bolsa limeña había una baja generalizada. El índice de acciones del sector bancario caía 8,19%, de las empresas de consumo bajaba 6,4% y el de las mineras 4,51%.
“Si Castillo es confirmado como Presidente electo, creemos que el Banco Central estaría a prueba con el cambio de régimen. Probablemente enfrente una fuga de capitales tras el resultado de las elecciones”, dijo JPMorgan en una nota de análisis.
“Si la candidata de la continuidad del régimen Fujimori termina ganando (…) esperamos que las condiciones financieras se normalicen. Esto a pesar de los desafíos políticos que se avecinan en un escenario de sociedad muy polarizada”, agregó.
La elección se da luego de un año turbulento en Perú. La nación andina ha pasado por tres presidentes desde finales de 2020. Además, tiene el número de muertos por covid-19 per cápita más alto del mundo. También experimentó su peor crisis económica en tres décadas.
Castillo, de 51 años de edad e hijo de campesinos, prometió volver a redactar la Constitución para fortalecer el papel del Estado y, de esta manera, tomar una mayor parte de las ganancias de las empresas mineras y nacionalizar industrias clave.
En tanto la candidata Fujimori, de 46 años de edad, que ha intentando acceder a la Presidencia dos veces antes; se ha comprometido a seguir el modelo de libre mercado. También mantener la estabilidad económica en el segundo mayor productor de cobre del mundo.
Hasta el lunes, el sol había caído alrededor de 6% frente al dólar estadounidense desde la primera ronda electoral de abril a medida que la incertidumbre ha aumentado.
“Gane quien gane, Perú probablemente no va a tener unos próximo cinco años grandiosos”, dijo Federico Kaune, gerente senior de cartera global de mercados emergentes de UBS Asset Management.
“Perú es un país con grado de inversión, por lo que si algo sale mal podría darnos una sorpresa bastante desagradable”, añadió.
Probablemente lo que más demuestra el contraste entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo sean sus propuestas económicas.
Fujimori, la candidata que representa a Fuerza Popular, apuesta por mantener el sistema de libre mercado. Castillo, abanderado del partido marxista Perú Libre, propone cambiar la Constitución y crear una economía al estilo de Evo Morales en Bolivia o de Rafael Correa en Ecuador.
Desde lo económico, lo que está realmente en juego en estas elecciones es si continuará el modelo de libre mercado con las características que tiene en la actualidad y que, pese a las diferencias entre un gobierno y otro, ha sido la base de la economía peruana en las últimas décadas.
Ese sistema no ha resuelto desigualdades, exacerbadas con la pandemia, lo que lleva a los peruanos que apoyan a Castillo a pedir un cambio de rumbo, más presencia del Estado y mayor responsabilidad a las grandes empresas del sector minero, vital en la economía del país.
«Se está abriendo una potencial caja de pandora en el país que nos deja en un rumbo incierto«, comenta Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía, IPE.
Perú es el país con mayor número de muertes per cápita del mundo por la pandemia, el país busca desesperadamente el camino para recuperar una economía que sufrió la peor contracción económica de América Latina en 2020, con una caída del 11% del Producto Interno Bruto (PIB).
Una economía donde tres de cada diez peruanos viven en la pobreza y cerca del 70% de la población tiene un empleo informal.
La profunda insatisfacción entre los excluidos del «éxito peruano«, sumada al desastre económico durante la pandemia, han motivado gran parte de las propuestas de los candidatos que pasaron al balotaje.
Castillo, un profesor rural que hizo campaña a caballo y llevó sombrero de paja es partidario de redactar una nueva Constitución a través de una Asamblea Constituyente.
«Nuestra patria no merece tener una Constitución viciada en su origen, fruto de un golpe de Estado«, señala un documento llamado «Perú al bicentenario sin corrupción«, el cual contiene «medidas urgentes» para los primeros 100 días de gobierno, y que fue publicado pocas semanas antes del balotaje.
El virtual Presidente propone cambiar el modelo por una «economía popular con mercados» que le asigna un rol fundamental al Estado en el desarrollo del país y acepta la participación de empresas privadas bajo condiciones que beneficien «al pueblo«.
«No más pobres en un país rico«, era el lema que repite Castillo en sus intervenciones públicas apelando al desencanto rural y a los sectores que no han visto los beneficios del crecimiento económico.
«Bienvenida la inversión privada pero con reglas claras. No exploten a nuestros trabajadores«, argumentó Castillo en el último debate presidencial. «El mercado no puede controlar al Estado«, dijo, y agregó que pretende aplicar una política proteccionista.
«Vamos a proteger al productor nacional. Hoy se traen papas de otros lugares. ¿Cómo es posible que la papa se pudra?«, dijo elocuente, explicando que bajo su gobierno aumentará el gasto social y renegociará las concesiones que tienen las empresas mineras.
El plan de gobierno que presentó Castillo en la primera vuelta (y que está oficialmente inscrito) tiene otros ingredientes.
Escrito por Vladimir Cerrón, fundador y secretario general del partido Perú Libre, se trata de un documento de 77 páginas llamado «Ideario y Programa».
En él el partido se define como una organización de izquierda socialista y aclara que «para ser de izquierda se necesita abrazar la teoría marxista«.
«Por tanto, decirse de izquierda cuando no nos reconocemos marxistas, leninistas o mariateguistas es simplemente obrar en favor de la derecha«, agrega. José Carlos Mariátegui fue un escritor y pensador marxista fundador del Partido Comunista en Perú.
El programa sostiene que, entre otras cosas, el Estado debe ser nacionalizador, soberano y sin deuda externa. En ese contexto el Estado tiene la misión de revisar, renegociar o anular los contratos con empresas transnacionales.
Lo que no está claro es qué industrias serían objeto de nacionalizaciones, dado que las versiones han cambiado durante la campaña electoral.
Durante la campaña de la segunda vuelta, Castillo trató, sin embargo, de desligarse de la figura de Cerrón y rechazar el temor a que sus políticas supongan un peligro para la propiedad privada.
Tampoco está claro quién lidera el equipo económico de Castillo, puesto que en las últimas semanas han entrado y salido de escena diferentes personas.
En su campaña Castillo también se fijó como meta aumentar el gasto en educación a un 10% del PIB, eliminar gradualmente el sistema de fondos privados de pensiones, impulsar la actividad agrícola, entregar créditos a las pequeñas y medianas empresas, comprarles la deuda a las personas más afectadas por la crisis y generar 100.000 empleos para los jóvenes este año.
Mientras en su tercer intento por llegar a la presidencia, Keiko Fujimori propone desarrollar una «verdadera economía social de mercado«. En la práctica, mantener los pilares del sistema económico vigente, pero incorporando algunas medidas para responder a las demandas de los sectores excluidos del desarrollo, a través de lo que su partido denomina «profundizar el carácter solidario«.
Fujimori prometió un «bono oxígeno«, que consiste en la entrega de 10.000 soles (unos US$2.500) a cada familia con un fallecido por covid-19. La candidata aclaró estos días que se trata de un bono y no de un préstamo como había explicado el jefe económico de su equipo, Luis Carranza.
La deuda actual del país bordea el 36% del PIB, un nivel que, pese a estar por encima de la regla fiscal, es mucho más bajo que la de otros países comparables.En ese sentido, miembros de la campaña han sostenido que el país tiene espacio fiscal para contraer más deuda, llegando a cerca del 40% o incluso más. Esta política contrasta diametralmente con la de Castillo, quien ha promovido «cero deuda externa» y la nacionalización de empresas para aumentar la recaudación fiscal.
Otras medidas propuestas por Fujimori son aumentar al doble la pensión que reciben los mayores de 65 años, generar dos millones de empleos, bajar el precio de los fertilizantes y bajar el impuesto a los combustibles. Las promesas también incluyen formalizar a los trabajadores que están fuera del sistema, comprarle deuda a los pequeños emprendedores y entregarles créditos blandos, ha dicho la candidata. Perú es un país profundamente afectado por la pandemia que trata de salir a flote con dos proyectos políticos cuyos nortes apuntan en direcciones completamente opuestas.
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