Líderes y organizaciones políticas de América Latina y el Caribe, fundamentalmente, repudiaron los ataques a la democracia que perpetraron este domingo simpatizantes del expresidente brasileño, Jair Bolsonaro, quienes invadieron las sedes de los tres poderes del Estado en la capital de esa nación, Brasilia.
Gobernantes de varias naciones condenaron los actos violentos de un sector de la sociedad que no acepta la victoria en las urnas del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y durante esta jornada tomó el Palacio de Planalto (sede del Ejecutivo), el Congreso Nacional y la sede del Supremo Tribunal Federal.
Reportes de prensa dan cuenta de que fuerzas de seguridad en estos momentos retoman el control de dichas instituciones, luego de que fueran invadidas y vandalizadas por grupos violentos alentados por el exmandatario de extrema derecha.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, manifestó a través de Twitter: “Condenamos enérgicamente los actos violentos y antidemocráticos que ocurren en Brasil, con el objetivo de generar caos e irrespetar la voluntad popular expresada con la elección del presidente Lula. Expresamos todo nuestro respaldo y solidaridad a Lula y su Gobierno”.
El jefe de Estado de Venezuela, Nicolás Maduro, se opuso de manera categórica a «la violencia generada por los grupos neofascistas de Bolsonaro que han asaltado las instituciones democráticas del Brasil» y aseguró que el pueblo brasileño «se movilizará en defensa de la paz y de su Presidente».
En un comunicado emitido por la Cancillería, el Gobierno de Venezuela expresó su solidaridad con el pueblo de Brasil, el presidente Lula da Silva y sus instituciones democráticas «ante el intento por parte de fuerzas violentas de subvertir el orden constitucional y solicitar una intervención militar».
Además de condenar la violencia política, Caracas aseveró que «grupos fascistas y de extrema derecha (…) intentan desconocer el resultado de las elecciones democráticas del pasado mes de octubre y buscan atentar contra la paz social y política del hermano pueblo brasileño, su gobierno y toda la región».
El Gobierno venezolano manifestó su confianza en la convicción democrática del pueblo brasileño y en que las Fuerzas Armadas de ese país «defiendan su compromiso con la Constitución y no se presten para aventuras golpistas».
El mandatario argentino, Alberto Fernández, se posicionó “junto al pueblo brasileño para defender la democracia y no permitir nunca más el regreso de los fantasmas golpistas que la derecha promueve. Demostremos con firmeza y unidad nuestra total adhesión al Gobierno elegido democráticamente por los brasileños que encabeza el presidente Lula”, dijo.
Fernández también afirmó que, en su condición de presidente de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) y del Mercado Común del Sur (Mercosur), puso en alerta a los países miembros para que unirse contra «esta inaceptable reacción antidemocrática que intenta imponerse en Brasil».
Los actos violentos de la derecha brasileña también fueron rechazados por la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien valoró que reeditan el asalto al Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021.
A juicio de la mandataria, las nuevas derechas contemporáneas se caracterizan por «los discursos del odio en medios de comunicación y redes sociales, la estigmatización del que no piensa igual, hasta querer inclusive suprimir su vida, y la violencia».
Al Gobierno electo por el pueblo de Brasil no le faltó el apoyo del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que «Lula no está solo; cuenta con el apoyo de las fuerzas progresistas de su país, de México, del continente americano y del mundo».
Cobertura de actualidad y avances innovadores, con un enfoque en sucesos locales, política y más.