Los llamados «Influencers» que hacen vida en Italia se encuentran en el ojo del huracan, nunca esperaron que una medida de esa forma les viniera encina.
El gobierno del país europeo regulará el trabajo de los «influencers» que operan en el país y que sumen, al menos, un millón de seguidores en sus redes sociales, en medio de la tormenta provocada por la investigación judicial a Chiara Ferrragni, con casi 30 millones de seguidores, por «práctica comercial incorrecta».
«La creciente relevancia y difusión de la actividad de los ‘influencers’ (…) instó a la autoridad a intervenir», informó el Consejo de la Autoridad para la Garantía de las Comunicaciones (AGCOM), que anunció la creación, entre otras medidas, de un mecanismo de «llamadas y órdenes» para «eliminar o adaptar los contenidos» que no cumplan la normativa.
El ente buscará también la publicidad oculta o subliminal y obligará a los ‘influencers’ a que indiquen en sus publicaciones «un escrito que resalte la naturaleza publicitaria del contenido de manera rápida e inmediatamente reconocible».
El caso de Chiara Ferrragni
El anuncio de que Italia va a regular la actividad comercial de los ‘influencers’ se produce días después de que la Fiscalía de Milán (norte) comenzara a investigar a Ferragni, a la que la Autoridad Antimonopolio multó con un millón de euros por una campaña de beneficencia para niños con cáncer con unos bizcochos navideños que resultó fraudulenta.
La compañía Balocco, que también está siendo investigada, vendía ‘pandoros’ (bizcocho navideño) con el logotipo de la marca de Ferragni prometiendo destinar fondos a la unidad de pediatría del hospital Regina Margherita de Turín (noroeste).
Sin embargo, Antimonopolio aseguró que la donación fue de 50.000 euros y se efectuó «meses antes» de la campaña, por lo que su cuantía no dependía de la venta de estos ‘pandoros» a 9 euros (el triple de lo habitual), como se «daba a entender».
Lasorella explicó que se ha decidido monitorear a los blogueros con más de un millón de seguidores porque «es imposible que la autoridad siga a decenas de miles de personas», aunque reconoció que este umbral «es experimental».
«Espero que un ‘influencer’, aunque sea más pequeño, tenga el sentido común de seguir el camino que nosotros indiquemos», manifestó.