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Inicia la campaña en México: Una mujer puede ser Presidente

“Esta competencia es histórica porque nunca ha habido una presidenta mujer en México», destaca la analista política Palmira Tapia.

Ernestina Herrera
Redactado por: Ernestina Herrera
Publicado:2 marzo, 202410:19 am
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Inicia la campaña en México: Una mujer puede ser Presidente

Tanto expertos como sondeos coinciden sin lugar a dudas en ubicar a Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez como las candidatas con mayores posibilidades de ganar en junio, por lo que ambas se han esforzado estos últimos meses en tratar de destacar respecto a su competidora y enfrentar sus propios desafíos

El viernes arrancó la campaña electoral en México de cara a los comicios presidenciales del próximo 2 de junio en los que dos mujeres y un hombre competirán por sustituir a Andrés Manuel López Obrador en el cargo.

Sin embargo, todas las encuestas vaticinan con escaso margen de duda que, durante los próximos seis años, México será dirigido por una presidenta por primera vez en toda su historia.

Quien fuera jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es la clara favorita para ganar como candidata del bloque oficialista de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde. Encuestas recientes le otorgan un promedio de en torno al 60% de los votos, lo que supone cerca del doble de lo que lograría su principal competidora.

En ese segundo lugar está la exsenadora Xóchitl Gálvez, quien hasta hace meses era prácticamente una desconocida pero que logró contra todo pronóstico el apoyo de los partidos que conforman la coalición Fuerza y Corazón por México –formada por los partidos tradicionales PAN, PRI y PRD– tras cinco años de una oposición casi inexistente y fragmentada.

Por último, se encuentra Jorge Álvarez Máynez, candidato de Movimiento Ciudadano –una formación que gobierna en dos de los estados con las economías más fuertes del país– pero que en las encuestas no supera el 3-10% de intención de voto.

“Esta competencia es histórica porque nunca ha habido una presidenta mujer en México», destaca la analista política Palmira Tapia.

«Y ya desde ese hecho tan simbólico, podríamos esperar una forma diferente de gobernar basada en que el ser mujer sí hace una diferencia en cuanto a prioridades para el país», agrega.

“Ambas tuvieron que enfrentar y derrotar un sistema hecho por y para hombres. Que dos mujeres se hayan abierto camino en este deporte de contacto tan rudo como es la política mexicana tiene un gran mérito que hay que valorar”, coincide el experto en comunicación política Luis Antonio Espino.

Pero ¿quiénes son y qué proponen los aspirantes a asumir la presidencia de México desde el próximo 1 de octubre?

La candidata de López Obrador

Claudia Sheinbaum marcó un hito por ser la primera mujer elegida como jefa de gobierno de Ciudad de México. Nació hace 61 años en Ciudad de México. Tiene un perfil técnico como licenciada en Física y con una maestría y doctorado en Ingeniería.

Para Espino, “resulta una paradoja que la aspirante a suceder a un líder social de masas como es López Obrador sea una tecnócrata, que es justamente lo que el populismo rechaza”.

Su primer cargo en la política llegó precisamente de la mano del actual presidente mexicano, cuando él era jefe de gobierno de la capital por el PRD y ella se desempeñó como secretaria de Medio Ambiente desde el año 2000.

Desde entonces se convirtió en una de sus más estrechas aliadas y lo acompañó en cada uno de sus intentos por llegar a la presidencia del país. Sheinbaum fue parte activa de la conformación de Morena en 2014, y solo un año después se convirtió en jefa de la delegación Tlalpan en la capital del país como representante de dicho partido.

Una de las mayores polémicas que enfrentó fue probablemente las acusaciones por falta de mantenimiento del metro después de que un tramo de la línea 12 se desplomara en 2021 y causara la muerte de 26 personas.

El año pasado, Sheinbaum abandonó este puesto para centrarse en su aspiración presidencial.

Ser considerada como la favorita de López Obrador es una de sus principales ventajas entre los votantes más fieles de Morena, pero también le valió críticas de quienes la acusan de no tener identidad propia ni cuestionar jamás ningún resultado del actual gobierno mexicano.

Gálvez, la sorpresa de la oposición

Xóchitl Gálvez tiene un perfil menos tradicional que otros líderes de su espacio político.

Xóchitl Gálvez nació hace 61 años en un pequeño pueblo del estado de Hidalgo. Siempre ha subrayado sus orígenes indígenas y humildes —contó que vendía gelatinas mientras estudiaba secundaria—, los cuales han sido cuestionados por opositores y algunos viejos conocidos.

Ingeniera de formación, creó varias empresas en el sector por los que recibió varios reconocimientos, así como una fundación que apoya a comunidades indígenas con altas tasas de desnutrición y escasos recursos económicos.

Ingresó a la política en 2003 de la mano del expresidente panista Vicente Fox y fue nombrada directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. Intentó ser gobernadora de su Hidalgo natal en 2010, pero quedó en segundo lugar al frente de la coalición PAN-PRD.

Cinco años después sí logró ser elegida jefa de la delegación Miguel Hidalgo en Ciudad de México, y desde 2018 es senadora por el PAN.

Pese a su currículum, su nombre era casi desconocido para la gran mayoría de mexicanos hasta hace apenas unos meses. El año pasado, logró la atención mediática cuando intentó intervenir —sin éxito— en la conferencia mañanera del presidente López Obrador, quien la había acusado de querer suprimir programas sociales. Ella lo negó rotundamente.

La popularidad de Xóchitl Gálvez ha crecido en los últimos meses

Desde entonces su popularidad creció como la espuma hasta destacar en el bloque opositor con un discurso mucho menos conservador que la mayoría de quienes fueron sus competidores internos.

A Gálvez se le ha visto desde andando en bicicleta hasta dirigiéndose a sus seguidores con un tono fresco lleno de desparpajo con el que ha querido transmitir una mayor autenticidad.

“Diría que tiene una capacidad ‘todo terreno’ para comunicar. Sabe prepararse en los aspectos técnicos cuando tiene que hablar de un tema serio. Pero cuando hay que comunicar con la gente, sin ser superficial, se vuelve simpática y alegre, diciendo las cosas como las siente y con un lenguaje que conecta con la gente”, reflexiona el consultor Espino.

Esta estrategia de mostrar un perfil mucho menos tradicional que el de otras personalidades del PAN-PRI-PRD fue evidente cuando, en la celebración de su nombramiento oficial, Gálvez apareció acompañada de personas tan diversas como una madre buscadora de desaparecidos, una mujer emprendedora y un representante de comunidades indígenas.

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Analistas creen que ese discurso más amplio e incluyente responde al simple hecho de que el ‘votante duro’ de su coalición política va a apoyarla de cualquier modo, a fin de que haya un cambio de gobierno. Pero eso no le bastaría para ganar, por lo que debe dirigir sus esfuerzos para atraer también a las personas indecisas o a las desencantadas con el sexenio de López Obrador.

Tapia opina que “lo curioso con Gálvez es que está compitiendo con una propuesta muy similar a la que dio éxito a López Obrador de abogar por los pobres, políticas sociales, contra la corrupción… aunque algo más endulzada, para que sea también aceptada por esos sectores económicos que reprueban las políticas del presidente”.

Sin embargo, “sí podríamos prever el regreso de algunas políticas más acordes al modelo neoliberal que se han intentado en el país. Todavía no estoy tan segura de hasta dónde ella querrá dar revés a la forma en que se ha venido gobernando México”, agrega la politóloga en entrevista con BBC Mundo.

Álvarez Máynez, el gran desconocido

Álvarez Máynez es el candidato menos conocido y peor posicionado en las encuestas electorales. AFP
Igualmente sorprendente fue la elección de Jorge Álvarez Máynez como aspirante de Movimiento Ciudadano (MC), aunque en su caso, su nombre pasó a ser conocido por el gran público literalmente de un día para otro a inicios de este año.

El candidato previsto hasta poco antes había sido Samuel García, el mediático gobernador del estado de Nuevo León, quien incluso había comenzado a realizar algunos actos electorales. Sin embargo, la gran crisis política originada cuando los partidos de oposición en el Congreso nombraron a un gobernador interino afín a ellos llevó a García a renunciar a sus aspiraciones presidenciales y volver a su puesto.

Con solo 38 años, Álvarez Máynez fue el coordinador de aquella fugaz campaña de García y era entonces el líder de la bancada de MC en la Cámara de Diputados, desde donde se enfocó en tratar de mejorar derechos de la ciudadanía como ampliar las licencias de maternidad y paternidad o los días de vacaciones.

Licenciado en Relaciones Internacionales y con varias maestrías, es originario del estado de Zacatecas e hijo de uno de los cofundadores del Partido Comunista en el estado. Muy joven comenzó a militar en el PRD, antes de convertirse en diputado local por el PRI y unirse en 2013 a las filas de MC, donde ocupó diversos cargos.

Su gran desventaja frente a sus competidoras de cara a la presidencia es sin duda el hecho de ser aún un gran desconocido para la mayoría del país tras haber sido elegido candidato hace menos de dos meses.

A su favor, su partido trata de destacarlo como la opción de las nuevas generaciones y la alternativa del futuro de México, al líder un equipo con nuevas personas e ideas que no ha tenido hasta ahora la oportunidad de gobernar.

Retos y propuestas

Los candidatos se encontrarán frente al gran desafío de la inseguridad en México. GETTY IMAGES
Tanto expertos como sondeos coinciden sin lugar a dudas en ubicar a Sheinbaum y Gálvez como las candidatas con mayores posibilidades de ganar en junio, por lo que ambas se han esforzado estos últimos meses en tratar de destacar respecto a su competidora y enfrentar sus propios desafíos.

“El reto de Sheinbaum es sin duda conectar, porque no es una persona que sea cercana ni tenga carisma. Y, sobre todo, comunicar cuál es el sello que ella le pondría a su gobierno para no ser vista solo como una extensión de López Obrador o alguien que está siendo controlada por él”, opina Espino.

Frente a los retos de cercanía y autonomía de la exjefa de gobierno de Ciudad de México, Gálvez tendrá que trabajar por lograr su diferenciación de otros nombres de la oposición y una mayor unidad entre grupos diversos.

“Su reto es llegarle a un público que rechaza visceralmente a los partidos de oposición y convencerles de que es diferente. Y por otro lado, debe seguir trabajando para aglutinar y resultarle atractiva a grupos muy diversos de la sociedad que a veces están hasta enfrentados entre sí: empresariado, pueblos indígenas, mujeres, personas de perfil tradicional, jóvenes progresistas…”, añade el experto.

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En su arranque de campaña, Gálvez hizo énfasis en la seguridad al proponer desmilitarizar el país, devolver el carácter civil a la Guardia Nacional y sacar al Ejército de la construcción de obras públicas para centrarlo en tareas de seguridad nacional.

“Se acabaron los abrazos a criminales”, criticó en referencia a una de las frases más conocidas de López Obrador, quien apostó durante su sexenio por “abrazos, no balazos” para hacer frente a la delincuencia.

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