Desde mayo pasado, Australia ha vivido una apocalíptica infestación de ratones que ha mantenido en zozobra a la población, especialmente, a los agricultores, pues esta estampida sigue acabando con sus cultivos.
Mientras el gobierno de Scott Morrison debate con los ecologistas cuál será la mejor manera de controlar la situación, centenares de roedores invaden a diario las granjas, comercios, hospitales, y viviendas en donde logran hasta provocar incendios, según el portal Ajota Plus.
“Probablemente estamos atrapando 40 o 500 por noche aquí, en el cobertizo. La primera noche capturamos cerca de siete mil cuando pusimos la trampa”, dijo un granjero a la agencia.
El agricultor Doug O’Connor dijo: “Vienen aquí en busca de comodidad, y un lugar para esconderse, dormir, alimentarse y reproducirse”.
Para el granjero Terry Fishpool, la situación ha sido decepcionante en vista de que: “Recuerdo que tenía bastante grano en un almacén de 400 toneladas de capacidad, que estaba medio lleno, y se han comido cuatro o cinco pulgadas de la parte superior”.
Debido a la magnitud de la catástrofe, el gobierno australiano anunció un plan de ayuda multimillonaria e implora a las autoridades sanitarias autorizar la distribución del anticoagulante bromadoliona.
Sin embargo, grupos ecologistas advierten que “es un arma de doble filo”. “Al matar a los depredadores naturales, podría envenenarse a los humanos a través de la cadena alimentaria. Nos vamos a meter en un gran problema en el futuro, no solo destruyendo nuestra biodiversidad, sino también nuestras defensas contra cualquier futura invasión de ratones”, dijo Bill Bateman, profesor asociado de la Universidad de Curtin, en Australia Occidental.
Video cortesía: Ajota Plus
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