Hace algunas semanas el presidente Gustavo Petro confirmó que el 26 de septiembre se hará la reapertura de la frontera colombiana con Venezuela. El mandatario explicó que primero se reanudará la conexión aérea y el transporte de carga y poco a poco los países retomarán sus relaciones.
Desde Nueva York, EE UU, Petro informó que está trabajando para asistir a la apertura de la frontera, el próximo lunes, y, aunque no confirmó nada, podría darse un primer encuentro con Nicolás Maduro ese mismo día.
«Estamos trabajando por asistir al comienzo de una apertura económica, comercial y humana, que es lo más importante. Ojalá sea el fin de la crisis humanitaria que, quebrando derechos humanos, afectó a millones de personas, casi que familiares entre sí, de lado y lado de la frontera», destacó el presidente en una rueda de prensa.
Frente a la posibilidad de un encuentro con Maduro, Petro respondió: «Todavía no hemos tratado ese tema. Ya veremos».
Las declaraciones de Gustavo Petro se dieron tras su reunión con el secretario John Kerry, enviado presidencial especial para el clima de Estados Unidos, en el que el mandatario colombiano planteó la importancia de articular dos conceptos: la paz de Colombia y las soluciones para la crisis climática, cuyo común denominador, según el mandatario, es la selva amazónica y la selva colombiana.
El presidente señaló que la paz de Colombia está ligada a un cambio en las políticas antidrogas, incluso en los Estados Unidos, pues al tratarse de la planta de la hoja de coca, tiene que ver con la selva amazónica. «Hay un puente conceptual muy interesante que esperamos genere una sinergia entre los Estados Unidos y nosotros, en la perspectiva de construir una paz total en Colombia», destacó.
Asimismo, explicó que se necesita dinero para salvar la selva, para ello, es importante el esfuerzo de los líderes internacionales para crear un «gran fondo multilateral mundial para salvar la selva» y, del mismo modo, financiar la paz de Colombia.
En ese sentido, el gobernante estima que se requerirían más de mil millones de dólares anuales, durante un lapso de 20 años, para revitalizar la selva.
«La construcción tendría que hacerse vía Naciones Unidas, un esfuerzo mundial que puede ser financiado fácilmente porque todas las empresas del mundo ya tienen que compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero», explicó.
Fuente: El Nacional
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