Con 35 años de edad, Daniel Noboa se convierte en el presidente más joven de la historia del país. Él tendrá que enfrentar una nación sumida en una crisis múltiple, siendo la seguridad la mayor preocupación de los ecuatorianos por la escalada de violencia que azota el país.
El empresario obtuvo el respaldo mayoritariamente de la región sierra, incluida la provincia de Pichincha, que aloja a la capital ecuatoriana, Quito. La región amazónica y la región Insular también lo respaldaron. Mientras que la costa ecuatoriana votó por Luisa González.
De 13,4 millones de ecuatorianos que estaban habilitados para votar, hubo la participación de diez millones de personas. El empresario aglutina 4,9 millones de votos, mientras que la candidata del correísmo obtiene 4,5 millones de sufragios, con un 93% de las actas escrutadas. El voto nulo llega al 7,76% del total.
En su primer discurso como presidente electo, Noboa agradeció al pueblo ecuatoriano por elegir «un proyecto político improbable», además de calificar a la jornada electoral como «un día histórico» y comprometiéndose a trabajar desde ya para un país «gravemente golpeado por la violencia, la corrupción y el odio».
Además, desde su búnker político en Quito, el nuevo mandatario ecuatoriano dedicó palabras de agradecimiento a su contrincante política, Luisa González, a la que felicitó por su campaña y vaticinó que se convertiría en una «gran figura política» en los años venideros, de la que sus esfuerzos «rendirían frutos» algún día.
Incluso antes de que el Consejo Nacional Electoral declarara oficialmente a Noboa como ganador de los comicios, Luisa González reconoció su derrota, así como la victoria de su rival en las urnas, a quien felicitó. Además, la candidata del correísmo hizo un llamado a la unión de los ecuatorianos, instando a sus seguidores a respetar el proceso democrático que dio a Noboa como ganador.
«Basta de odio, basta de polarización», afirmó González, que también confirmó que su movimiento político Revolución Ciudadana seguirá defendiendo las propuestas que tenía como base en su campaña presidencial, solamente que ahora lo harán desde los espacios que la ciudadanía les confió en la Asamblea Nacional ecuatoriana.
Por otro lado, el aún presidente en funciones, Guillermo Lasso, también extendió sus felicitaciones a Noboa, a quién deseo «el mayor de los éxitos» en su próximo Gobierno, además de comprometerse a iniciar las labores de la transición presidencial desde el próximo martes 17 de octubre.
«Hoy nuestro país te ha dado la confianza de dirigirlo, un altísimo honor sobre el que deseo tengas el mayor de los éxitos. Será un gusto recibirte el día martes en el Palacio Carondelet. Desde ya debemos empezar el proceso de transición para que conozcas más a fondo la situación del Ecuador en lo económico, social y seguridad», exclamó Lasso desde su cuenta de ‘X’, antes Twitter.
Desde las calles ecuatorianas, los simpatizantes de Noboa celebraron su triunfo y lo que algunos consideran un cambio en el paradigma político tradicional en el país sudamericano, esperando que el nuevo presidente pueda abordar con eficacia los retos en temas de seguridad, economía y educación.
«Necesitamos sangre nueva y no la vieja política que tanto daño nos ha hecho (…) Nuestro presidente no debe perder el tiempo y trabajar muy duro para frenar la inseguridad», aseguró Eduardo Chávez, estudiante de 23 años, desde las calles de Guayaquil.
Tras unas elecciones marcadas por el magnicidio de Fernando Villavicencio, el descontrol en el sistema carcelario y un gran sentimiento de inseguridad provocado por las pandillas, Noboa gobernará hasta mayo de 2025, menos de un año y medio, luego de que el actual presidente, Guillermo Lasso, decidió disolver la Asamblea Nacional y convocar a las elecciones adelantadas.
Con información de EFE y Reuters
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