Ser enfermera es una vocación llena de nobleza y humanidad

Quienes de forma diaria ejercen esta humilde profesión, aseguran que la enfermería va más allá de un salario, el mejor de los pagos es saberse útiles ante las necesidades de los pacientes

Para ejercer la enfermería se necesita como se dice en criollo “guaramos”, y más aún en Venezuela, teniendo muy presente que las condiciones no son del todo favorables para quienes ejercen esta profesión.

Los cientos de mujeres y hombres que deciden convertirse en personal sanitario, no lo hacen porque la situación los conllevó a ello o porque era la única opción que tenían para estudiar; quienes entregan su vida al cuidado de los pacientes lo hacen por vocación.

Almiris Osorio, es licenciada en enfermería, aunque es oriunda de Caripito, su vida profesional la ejerció en el Hospital Dra. Elvira Bueno Mesa de Aragua de Maturín, capital del municipio Piar, donde además de 42 años de servicio estableció su núcleo familiar.

En el referido centro de salud atendió a miles de pacientes en diferentes áreas, el trabajo no le era ajeno, cuenta con jocosidad que desde niña jugaba a ser doctora y se molestaba si no ejercía ese papel, sin embargo, con el transcurrir de los años y los estudios se dio cuenta que era mejor estar en contacto directo con los pacientes.

“La enfermería es sacrificio, entrega, responsabilidad, dedicación, y sobre todo amor al prójimo. Mi mama peleaba conmigo porque, según ella, yo había abandonado a la familia por estar metida en un hospital el 24 o 31 de diciembre o en alguna fecha importante cuando me tocaba guardia, para resumir, ser enfermera es un sentimiento”, aseguró Osorio.

Para la profesional de la salud, más allá del pago monetario que recibió durante sus años de servicio, “está la satisfacción personal de servir al otro, de tender la mano al paciente que muchas veces esta solo en un hospital y de haber apoyado al cuido y recuperación del enfermo”.

María Victoria Ramos, actualmente es enfermera en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) Neonatal del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar (Humnt) en la capital monaguense, aunque no tenga los mismos años de experiencia que Osorio, se entrega en cuerpo y alma a trabajo donde acude vestida de blanco impoluto.

Para Ramos, no existe algo que alimente más el alma que el servicio ofrecido mediante el cuido a los pacientes, “la enfermería es una profesión muy noble y humana, compartimos cada necesidad y dolor del paciente al que ayudamos a recuperar”.

La clave que tiene la joven enfermera para ejercer su labor es “me encomiendo siempre a Dios y a la Virgen María, como ejemplo de servicio”. Recalcó que en la actualidad el trabajo se ve limitado debido a la carencia de los centros hospitalarios y los bajos sueldos, por lo que muchas veces deben resolver en medio de las carencias para brindar el mejor de los servicios.

“Si vale la pena ser enfermera en Venezuela y más en estos tiempos cuando nuestros hermanos necesitan una mano y una compañía en momentos difíciles, a pesar que muchos no sepan el sacrificio que hacemos para hacer el bien, ser enfermera va más allá de un sueldo”, resaltó la joven.

Desde el Periódico de Monagas, queremos felicitar a todo el personal de Enfermería que hace vida en nuestro estado y que día a día brindan lo mejor de sí por el bienestar de los demás ¡FELICIDADES¡

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