Después que ocurriera el milagro con el limonero en la esquina de Miracielos en la capital del país hace más de 100 años, la fe y la devoción por la imagen del Nazareno creció rápidamente y se extendió a lo largo y ancho del país, por lo que cada Miércoles Santo, miles de personas acompañan en la procesión la imagen del Cristo sufriente.
En el estado Monagas, son varios los poblados y parroquias donde la feligresía católica se agolpa a pagar promesas al “Nazareno Bendito”, por los favores recibidos o como acción de gracias.
Caripito, capital del municipio Bolívar, al Este del estado, es la comunidad donde mayor arraigo existe por esta tradición; propios y visitantes participan de la peregrinación que se lleva a cabo en horas de la mañana, y que parte desde la plaza Bolívar para culminar en el monumento situado en la entrada del poblado y en horas de la noche acompañan la procesión de la imagen que recorre las calles.
La llamada monumental procesión aglutina miles de personas no solo del referido poblado, sino también de distintas partes que llegan a Monagas y un día como hoy deciden a caminar los kilómetros de distancia que posee el recorrido, además de disfrutar de la Semana Santa en vivo.
En Caripito es la fe es percibida a lo lejos, es un pueblo con una tradición arraigada y que lo hace único en el país. El símbolo o la identidad de la zona cacaotera lo da la imagen gigante que se encuentra en la entrada del pueblo.
La catedral Nuestra Señora del Carmen en Maturín, es otro de los puntos donde se congrega gran cantidad de personas, por lo que este año se estiman al menos unas 7 mil personas que acudan al recorrido de la imagen por algunas calles aledañas al principal templo del catolicismo monaguense.
Año tras año, la imagen del Nazareno de la catedral atrae las miradas de los feligreses por dos razones, el imponente tamaño y la forma en como es adornado, permitiendo que las redes sociales se inunden de fotografías típicas del miércoles santo.
Si algo caracteriza también a esta devoción es el uso de la Orquídea como elemento principal para adornar la sagrada imagen del Cristo sufriente. Aunque en el estado, no existe la tradición como tal de usar solo esta flor para los decorados, son muchas las personas que se acercan a las iglesias, a donar la cosecha de este regalo de la naturaleza.
En Caripe y San Antonio de Capayacuar, municipios con un clima que permite el cultivo de la flor típica para la época de Semana Santa, motivo por el cual feligreses acuden hasta el llamado “Jardín de Oriente”, para comprar docenas de esta flor y ser donadas a algún templo para colocarlas a los pies del Nazareno.
Vestirse o usar túnicas de color morado, caminar descalzos o de rodillas, ofrendar alguna pieza en oro o plata e inclusive donar la medalla o anillo de graduación; son otras de las costumbres que tienen los venezolanos para venerar la imagen que recuerda los dolores y sufrimientos diarios que cargan a cuestas al estilo del Nazareno.
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