Los pacientes de la Unidad de Oncología y Hemodiális del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar (Humnt) de Maturín, deben afrontar un mundo de obstáculos para cumplir con sus sesiones de quimioterapias.
Lo hacen entre un rosario de esperanza de algún día superar el episodio de salud que actualmente viven, sus agotados cuerpos se balancean por los interminables escalones de una vieja escalera para poder llegar al quinto piso, donde está ubicada el área para pacientes con cáncer.
Carmen Caraballo es una mujer de tercera edad, aseguró que las condiciones de la unidad de Oncología va de mal en peor, de tres aires acondicionados solo funciona uno y porque uno de los pacientes pudo conseguir que le hicieran mantenimiento al equipo.
Es por eso que el calor desmejora las condiciones de quienes se someten a este fuertes tratamientos químicos, que de por sí suelen ser calientes. «El aire de la campana donde preparan los tratamiento se dañó», indicó la mujer que desde 6 años fue operada de cáncer de seno y acude cada 28 días por su tratamiento.
Por las condiciones, aunada a la falta de equipos de tensiómetros e insumos, Carmen expresó «si nos desmayamos no sabemos si es por la quimio o por la tensión».
Alega la paciente que desde hace algún tiempo se le dañó el brazalete del monitor del tensiómetro y no han recibido repuestas favorables para reponerlo, «cuando nos descompensamos no sabemos porque es, si es de la tensión o del propio tratamiento, aquí cuando alguien se pone mal no se sabe qué hacer».
«Personalmente le hice llegar una carta a la gobernadora y a Ernesto Luna que hoy aspira al mismo cargo pero nada aún».
Nohemí Conde es otra de las pacientes que acude a la Unidad de Oncología del Manuel Núñez Tovar, ella aseguró que los medicamentos no están llegando completos al Seguro Social, por lo que deben hacer de todo para poder cumplir con la sesión de quimio.
El fármaco conocido como Bevacizumab es uno de los tantos que llegaba del Seguro pero desde hace un tiempo, por lo menos a Maturín, no ha llegado. Esto los obliga a depender de familiares que están fuera del país para cubrir los gastos de medicamentos; este fármaco tiene un valor de 900 dólares y no se consigue en todas las farmacias de Maturín.
En el caso de Elisbeth Rondón, una docente activa del estado Monagas, expresó que su salario no le rinde para cubrir los gastos de evaluaciones médicas avanzadas y ha tenido que vender varios de sus electrodomésticos para poder realizarse una tomografía, mamografía y ecos.
Rafaela González, además de cumplir con tratamiento de quimioterapia también sufre de desgastes en las caderas, pidió que ante las condiciones del hospital, donde solo funciona un solo ascensor y a medias, ubicar esta sala en el área de las casitas o demás espacio en planta baja, asegura que sufren para poder subir los cinco pisos y muchas personas se descompensan.
Cobertura de actualidad y avances innovadores, con un enfoque en sucesos locales, política y más.