Cientos de fieles colmaron los templos católicos de la Diócesis de Maturín para participar en la programación de la Semana Mayor.
La Catedral Nuestra Señora del Carmen en la capital monaguense fue el epicentro donde los devotos se dieron cita para conmemorar la vida y muerte de Jesucristo.
Las celebraciones eucarísticas estuvieron presididas en su mayoría por el obispo diocesano Monseñor, Enrique Pérez Lavado y el párroco de la Catedral de Maturín, Samael Gamboa. quienes resaltaron el papel de Jesús en el proceso de salvación de la humanidad, entregándose por amor.
Por segundo año consecutivo, los devotos pudieron hacer un recorrido por los 7 templos de Maturín, para recordar la Pasión de Jesucristo, que se refiere a la agonía y sufrimiento que Jesús padeció desde su oración en el huerto de Getsemaní hasta su muerte en la cruz.
El recorrido se realizó desde la Catedral hacia las iglesias San Simón (Centro), San Ignacio de Loyola (Fundemos), San José Obrero (Los Bloques), San Charbel (CCC La Cascada), San Juan Bautista (La Floresta) y Santo Domingo de Guzmán (Las Cocuizas), retornando nuevamente a la Catedral, gracias al apoyo de Transmonagas por la movilización de los feligreses.
Los devotos abarrotaron las iglesias católicas de Maturín, en busca de bendecir el agua y buscar la luz de cristo resucitado que irradia en el mundo.
El rito de La Bendición del Agua y el Fuego procede a los cánticos. Estos dos elementos simbolizan el paso de Jesús de la muerte a la vida. El sacerdote se enciende un cirio y los fieles velas, entonces se ilumina el templo que permanecía a oscuras. En este momento se bendice el pila bautismal con una oración y se cantan las Letanías de los Santos.
En este acto los fieles pueden renovar sus promesas bautismales y suelen llevar recipientes con agua para ser bendecida y guardada en los hogares.
Redacción: Tomás Leonett / Andreina Sifontes
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