En un domingo electoral atípico, marcado por las restricciones de la pandemia por el Covid-19, cinco de las estaciones de servicio dolarizadas de Maturín se mantuvieron activas.
De esta forma, los monaguenses que desearan llenar sus tanques podían aproximarse hasta la AKA, Dannellys, Escorpión, Monagas o El Manantial, en las que se pudieron ver largas colar para hacerse con el nuevo “vital liquido”.
En la avenida Bella Vista, una de las colas llegaba hasta la entrada de Alto Guri y, con más de 400 vehículos esperando, los funcionarios de la Guardia Bolivariana de Venezuela (GNB) no podían garantizar el suministro de todos ellos.
Estos usuarios llevaban varias horas en la cola, situación que se repite en las estaciones de servicio de la avenida Alirio Ugarte Pelayo, donde los conductores ya han convertido el “dormir en sus carros” en una actividad normal.
Así mismo, la falta de combustible limita el flujo de votantes a los centros electorales.
En cuando a las unidades de transporte público, los maturineses reportan que hay pocas unidades activas, las cuales cobran entre 50 y 150 bolívares por “rutas mochas”; es decir, que no llegan hasta sus destinos.
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