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Por costumbre o por no tener suficiente dinero para comer en un restaurante, muchos de los maturineses optan por “el combo de tequeños” como solución al momento de desayunar o almorzar.
El opción gastronómica que consta de dos tequeños y un vaso de jugo, que bien puede ser papelón con limón, se ha convertido hoy en día la comida más accesible para el ciudadano de a pie en Maturín.
Así lo afirmó Cristian Marcano, comensal, “es lo que como a diario. Sí podría ser una renta, me sale más barato que ir a comprar al mercado y prepararme una comida, así, tipo completa. Además, es rápido, allí mismo siempre hay”.
De igual forma, Cheladeila Matute, consumidora a diario de los tequeños, enfatizó que “prácticamente esto se ha convertido en mi comida de todos los días. Así sea de merienda, me tengo que comer aunque sea un combo diario”.
Y aunque el “combo de tequeño” tiene su demanda frecuente en Maturín pese a los estragos de la economía, está representando la comida rápida más accesible. Por otro lado, los vendedores ambulantes de este rubro, también han sido afectados por el precio del dólar, considerando el alza que repercute en el costo de la materia prima que se utiliza para dicho combo.
Hasta la semana pasada, el famoso “combo de tequeño” tenía un costo de 6 bolívares. Mientras que las empanadas, en 5 bolívares. Actualmente, ambos productos han sufrido un incremento, consiguiendo el mencionado combo entre 9 y 10 bolívares, empanadas en 8 bolívares, o un combo de 3 miniempanadas a 12 bolívares; evidentemente, sus precios han sido aumentados al ritmo en que aumenta el dólar.
Niurka Meneses, con puesto de venta del mencionado combo, indicó “Ya ni sé cómo le hacemos para mantenernos vendiendo. Ya es demasiado. Colocamos los combos en 9 bolívares la semana pasada, y ya no está resultando porque ni ganancia le vemos, entre el aceite, el toallín, los vasos, el papelón… la ganancia ya no alcanza. Hay que comprar los útiles escolares, todo aumentó, más el pasaje aumentado. Ya no sabemos si seguir trabajando, pero de Venezuela no nos vamos a ir. Si no sigue rentable el negocio, buscaremos otra forma, porque de paso ya hay bastante vendiendo lo mismo”.
Braulio Suárez, vendedor de tequeños, asintió en que el dólar ha afectado su bolsillo “la inversión no es como antes, todos los precios aumentaron duro. Claro, sí sigo teniendo mis clientes fijos, pero ahora comen menos. Hay gente que se comía dos combos, ahora se comen uno, porque prefieren dejar esos 10 bolívares para el pasaje. Lo otro es que hay gente necesitada que se te acerca a pedir, y uno le da hasta donde se pueda, porque pasar hambre es maldad. Hay que darle gracias a Dios que por lo menos uno tiene este negocio, y que todavía vende a pesar de los precios altos”.
Edgar Paraguacuto, cuidando y apoyando a su hijo, quien es vendedor de tequeños, expresó “las ganancias son muy pocas. Todo ha subido. Nadie escapa de eso. En el costo tienes que considerar el costo del vaso, la servilleta. A la gente le gusta la cosa bien, uno tiene, por ejemplo, estas salsas que son parte del combo. Y estos tequeños es de una fábrica que lo trae y uno lo paga semanal, tipo crédito. No pagamos pasaje porque vivimos cerca, allí ya hay menos gasto para el negocio. Subieron los insumos, aceite, aliños, insumos… y hay que pagarle al trabajador, todo eso cuenta. Esto es un pañito de agua caliente, como para esperar a que llegue la quincena”.
En algunos sitios “los combos de tequeño” ofrecen salsa de guasacaca, ajo, queso amarillo y picante, para acompañarlos. Y, aunque los tequeños sean de queso, y las salsas contengan vegetales, este plato carece de los nutrientes necesarios para una dieta básica completa. Sin embargo, los tequeños no dejan de ser «adictivos», y de formar parte de la cultura venezolana, que bien está sirviendo para sobrevivir ante la situación país.
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