Grandes cambios se están realizando en Maturín para brindar a propios y visitantes una ciudad más moderna y amigable para todos. Entre los primeros cambios notorios está la recuperación de plazas y el reordenamiento de las paradas de transporte suburbano.
Actualmente la municipalidad de la conocida “Sultana del Guarapiche”, ha venido ejecutando trabajo con miras a la reubicación de los llamados buhoneros que hacen vida comercial en el centro de la ciudad.
Sin embargo, muchos de los miembros de la economía informal situados en la calle Monagas, temen ser llevados a espacios transitados donde no puedan ofrecer sus mercancías y por ende no generar ganancias.
A lo largo de esta arterial se pueden encontrar vendedores de comida rápida, ropa y lencería, zapatos, bisutería y hasta uno que otro ofreciendo alimentos refrigerados y no perecederos.
Tal es el caso de Raúl Plasencia, quien tiene más de 15 años ofreciendo sus alimentos en las inmediaciones de la iglesia San Simón. “Este lugar se ha convertido en un punto de referencia para todos los que viven y visitan Maturín desde otros municipios, aquí hemos escuchado historias y hasta hemos servido de concejeros en muchas oportunidades”, aseguró con jocosidad.
Destacó el trabajador que, no se opone a ser reubicado, pero “deben garantizarnos condiciones mínimas que permitan un traslado a los nuevos espacios y no suceda lo de hace algunos años cuando muchos volvieron a la calle porque no vendían donde los habían colocado”.
Mari Maíz, es una vendedora de ropa en las cercanías de la Zona Educativa, la fémina resaltó que en temporadas como carnaval, diciembre y vacaciones es cuando más ingreso genera por su actividad comercial; pero que a lo largo del año también son buenas debido a que tiene clientes fijos.
“Irnos de acá es empezar de nuevo y adaptar a los clientes a que se lleguen a los lugares que la municipalidad tenga pensado, es una buena idea porque así despajamos el centro, pero de una u otra forma nosotros le damos vida y movimiento a la ciudad, así sucede en todas partes.
Maíz resaltó que años atrás se realizó una reubicación similar pero, “allí tienen la llamada feria de comida, eso está muerto, solo, dos o tres vendedores están allí, el resto volvió al centro. Los que están en el mini centro comercial en la avenida Bolívar, deben cerrar a las cuatro y a esa hora es cuando más movimiento hay en el centro de Maturín”.
Si en algo están de acuerdo los trabajadores de la economía informal es que no se resisten a ser reubicados, sin embargo mantiene la postura que sea a lugares accesibles y transitados.
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