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A la redacción de El Periódico de Monagas se presentó un chamán proveniente del Amazonas, su nombre es Ataumeru que significa «Espíritu de la selva», es un indígena piaroa y su madre era una chaima de Caripe.
Este representante de la cultura ancestral se ha unido a un grupo de expertos acupunturistas que trabajan en la Casa del Ying Yang, ubicada en el Centro Comercial Petroriente y donde se atiende bajo estos métodos de la medicina tradicional china a personas que tienen un sin número de dolencias. Ahora este chamán atiende los días miércoles, jueves y viernes.
Al conversar sobre las propiedades de la medicina natural indígena, nos dice que los pueblos indígenas amazónicos se especializaron en el conocimiento de una diversidad de plantas medicinales (hojas, raíces, cortezas, flores, semillas, resinas, aceites) y en la combinación de estas para preparar infusiones, jarabes, emplastos y polvos, que utilizan en la curación de diferentes dolencias físicas.
Para este «curandero» el conocimiento de esta medicina no tiene limite, e incluso se ha usado en ciertos lugares de Brasil y en el Alto Orinoco para encontrar algunas cosas que la orientan hacia el descubrimiento de una posible curación del cáncer, «lamentablemente el racismo ha impedido que nosotros pongamos todo nuestro conocimiento al servicio de la curación de personas». El chamán Ataumeru es Embajador de los Derechos Humanos de los Indígenas y al preguntarle sobre los avances que han encontrado en cuanto al cáncer, manifiesta que «todo depende del tipo de cáncer, se trabaja aparte del aporte de las plantas indígenas con la fecha de nacimiento, el nombre de la persona, se realiza una carta astrológica, si la metástasis es muy fuerte aunque se hace difícil, la curación nunca se rinde».
Los indígenas siempre han contado con especialistas, herbolarios y curanderos . «Para nuestros pueblos la salud y las curaciones están estrechamente vinculadas al mundo espiritual y en conexión con la naturaleza. A pesar de que muchas de estas tradiciones fueron perdiendo fuerza con el tiempo, se han mantenido saberes ancestrales vinculados
a la medicina tradicional e integrados a la actividad cultural de las comunidades.
Indicó Ataumeru que actualmente se usan entre 80 y 150 especies de plantas con fines medicinales, por mencionar una de ellas, la uña de gato. Sin embargo, no solamente se conocen las propiedades medicinales de las plantas (y también de algunos animales), sino que además se cuenta con experiencia en la identificación de enfermedades comunes, en la atención de los partos y en la crianza de los niños, siguiendo algunos rituales familiares.
La medicina tradicional indígena para este chamán continúa siendo una alternativa a la medicina occidental y facilita un mayor acceso a la salud, sobre todo en lugares donde los centros sanitarios son escasos. Su práctica toma en cuenta elementos del entorno natural, fortalece la identidad cultural y la conexión con el territorio.
Es importante mencionar que los pueblos indígenas han desarrollado conocimientos sobre las propiedades curativas de algunas plantas que se emplean en el tratamiento de enfermedades parasitarias, para la curación de la leishmaniasis y la quina quina (Cinchona officinalis) para la de la malaria. La quina es un árbol del que se extrae la corteza que tiene propiedades para curar enfermedades como la malaria. Es muy apreciada por contener alcaloides con cualidades antipalúdicas, antioxidantes que previenen la degeneración celular, digestivas depurativas, y por ser un antibiótico que refuerza el sistema inmunológico.
El fortalecimiento de la medicina tradicional indígena es necesario y destaca que Monagas tiene una fuente de energía muy grande que está condensada en el Turimiquire, que tiene el 97 % del pulmón vegetal de donde se extraen muchas plantas medicinales, también Caripe, el Lago del Catatumbo, e invita a tener conocimiento sobre lo que tenemos, «nosotros estamos dispuestos a enseñar a la gente pero debe acabarse esos bloqueos que se establecen en torno a nuestra medicina».
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