En las últimas semanas se ha podido observar el aumento de buhoneros en el centro de Maturín quienes se han apoderado de las calles y aceras para vender su mercancía.
La calle Monagas es una de las vías que más vendedores informales tiene principalmente de ropa, donde arman sus tarantines y exhiben algunas piezas en maniquíes.
Aunque si bien deben ganarse la vida de alguna forma, transeúntes manifiestan que se hace incómodo poder pasar por las ocupadas calles. En algunos casos prefieren caminar por la calle corriendo el riesgo de ser golpeados por una moto o un vehículo.
“Uno tiene que ir pendiente que no le vayan a quitar algo porque eso también se presta para que los choros hagan de las suyas. Es incómodo porque a veces por tanta gente y el poco espacio en las aceras uno tiene que lanzarse a la calle, pero lo otro es estar mosca que no te vaya a golpear un carro”, comentó Yanitza Méndez, encuestada.