El filme dirigido por el venezolano Alejandro Hidalgo, que tuvo participación en los festivales de cine fantástico más reconocidos, fue vista en Venezuela por 91.179 espectadores.
Luego de superar la marca de 2 millones de espectadores en salas de cine de Latinoamérica, Estados Unidos, Rusia y Singapur, y ser vista por cientos de miles de personas en plataformas digitales, ‘’El exorcismo de Dios’’, se ubica como la película venezolana más taquillera.
Esta es la primera ocasión en la que un filme venezolano logra estrenarse comercialmente en cines y plataformas de múltiples países del mundo. La película protagonizada por la actriz venezolana María Gabriela de Faría, Will Beinbrink y Joseph Marcell, ha generado furor entre los fanáticos del género de terror y ha desatado polémica entre los más creyentes.
«El exorcismo de Dios es una obra que va más allá del género de terror y de los impactos emocionales que genera en la audiencia. Por el contrario, utiliza al terror como una máscara para atraer a una audiencia masiva y así, proponer temas de gran relevancia humana. Entre ellos, la corrupción del alma a través del abuso de poder, el abuso sexual, y sobretodo el divorcio gestado entre la religión y la espiritualidad, sostenido en la discriminación hacia los que creen en algo distinto, o inclusive en la discriminación sexual. Esta es una película que hace homenaje al perdón como la manifestación más poderosa del amor», comentó Alejandro quien además fungió como productor y guionista.
Se trata de un proyecto mayoritariamente venezolano, producido con un 100% de financiamiento venezolano, aportado por la compañía Kabche Film Production, C.A, liderada por los empresarios venezolanos Karim Kabche y Antonio Abdo.
El proyecto cuenta con un equipo de producción de más de 7 venezolanos, una protagonista criolla junto a otras 8 actrices venezolanas. Dentro del equipo técnico figuran brillantes artistas y jefes de área venezolanos, tales como el director de fotografía Gerard Uzcátegui, los compositores Élik Álvarez y Yoncarlos Medina y el editor Dester Linares. Finalmente, también fue escrita y dirigida por un venezolano.