El fallecimiento del reconocido actor Andrés García enlutó a México y Latinoamérica, pues muchas de sus producciones fueron vistas en toda la región.
García empezó a actuar en la década de los 60 y, desde entonces, protagonizó varios éxitos del cine, la televisión e incluso el teatro. Su muerte fue confirmada por su esposa, Margarita Portillo, quien señaló que el dominicano estaba padeciendo varias enfermedades que deterioraron progresivamente su calidad de vida.
La que lo acompañó durante gran parte de su existencia fue la cirrosis hepática, que mermó sus posibilidades de valerse por sí mismo sobre el final de sus años. Este padecimiento se presenta cuando el hígado tiene una fibrosis (que es la aparición de tejido cicatricial), lo que afecta gravemente su funcionamiento.
Hay múltiples factores de riesgo que podrían hacer más vulnerable a una persona a sufrir de cirrosis. De acuerdo con la Clínica Mayo, el consumo excesivo de alcohol puede aumentar las probabilidades de padecer esta enfermedad.
Algo similar sucede con los pacientes que tienen sobrepeso, pues puede aumentar el riesgo de tener esteatosis hepática no alcohólica, una acumulación de grasa en el hígado. También puede afectar a las personas que han desarrollado una hepatitis viral crónica.
Entre los síntomas de la cirrosis, esa fuente médica cita la pérdida del apetito y el peso, fatiga, náuseas, aparición hematomas, acumulación de líquido en el abdomen, piel y ojos amarillos, pérdida del deseo sexual, confusión y somnolencia.
Debido a que es una enfermedad grave que impide que el hígado filtre las toxinas del cuerpo, puede causar múltiples complicaciones de salud subyacentes.
“La hipertensión portal puede hacer que la sangre se redireccione a venas más pequeñas. Fatigadas por la presión adicional, estas venas más pequeñas pueden explotar y causar un sangrado grave. La hipertensión portal puede causar el agrandamiento de las venas (várices) en el esófago (várices esofágicas) o en el estómago (várices gástricas) y conducir a un sangrado potencialmente fatal. Si el hígado no puede elaborar suficientes factores de coagulación, esto también puede contribuir al sangrado continuo”, explica la Clínica Mayo.
Así mismo, la cirrosis puede generar un incremento en la presión sanguínea de las venas que se conectan al hígado, causar hinchazones en las piernas y el abdomen, hacer que se acumulen toxinas en el cerebro, provocar que el bazo aumente de tamaño e incluso facilitar la aparición de infecciones, debido a que debilita la capacidad del cuerpo para defenderse de distintas bacterias.
También se ha relacionado la cirrosis con la aparición de ictericia, que “ocurre cuando el hígado enfermo no elimina de la sangre suficiente bilirrubina, un producto de desecho sanguíneo. La ictericia causa que la piel se ponga amarilla, los ojos, blancos y la orina, oscura”, según la Clínica Mayo.
Debido a su delicada condición, García necesitó varias transfusiones de sangre, que no lograron salvarle la vida.
“Desafortunadamente, está bajo de hemoglobina y de plaquetas. Las palabras textuales del médico fueron que su hígado se estaba defendiendo como gato boca arriba, que no eran los mejores resultados pero tampoco los peores. La situación de su hemoglobina si es seria porque estaba baja”, aseguró su esposa durante la semana pasada, pocos días antes del fallecimiento de García.
Pero si bien la cirrosis fue una de las enfermedades que más afectó al actor en vida, lo cierto es que había padecido otras patologías que también deterioraron su estado de salud.
En los últimos años, también le habían diagnosticado osteoartritis y fibromialgia, enfermedades que le causaron bastante sufrimiento, pues generalmente causan fuertes dolores en los músculos y los huesos.
Así mismo, en el transcurso de su vida García también se enfermó de leucemia, un padecimiento que contrajo después de usar un medicamento que supuestamente le ayudaba a controlar su estado de ánimo.
Con información de Semana
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