Colaboración para Venezuela: Ira Carmen Cedeño Herrera
Una industria casi perfecta como el deporte ha encontrado en el distanciamiento social y el confinamiento por el covid su verdadero talón de Aquiles.
La crisis global generada por la pandemia del coronavirus ha llevado a la sociedad, tras el shock del primer momento (si es que este puede quedar atrás y si es que alguna vez un shock tuvo otro momento que el primero) a una situación de transición inhóspita hacia un nuevo mundo desconocido.
En el deporte, los campos de juegos sufren altas y bajas pasiones. El deporte está casi tan aturdido como detenido, con algunas disciplinas volviendo, poco a poco a retomar su actividad en circunstancias nunca vistas.
El balonmano en Francia tiene la virtud de ser un conjunto laureado en el panorama internacional, con tres medallas de oro en los juegos olímpicos, seis campeonatos mundiales y tres campeonatos europeos.
El equipo de balonmano de Montpellier nacido en 1982 bajo el nombre de Cosmos Montpellier que ha ido ascendiendo pasando de militar en la División Departamental hasta alcanzar la 3.ª División Nacional en la temporada 1986-1987 consiguiendo el Trofeo de Francia en 1989 no ha escapado a la realidad que le ha impuesto las restricciones del Covid y por eso en esta oportunidad para los lectores de Venezuela hemos seleccionado a dos de sus jugadores importados para que nos hablen sobre los problemas que para ellos ha significado esta pandemia.
En sentido general, los jugadores de cualquier parte tienen que someterse a los test vengan de donde vengan, lo que crea tensión entre los deportistas.
Marco Panic, jugador bosnio y el sueco Karl Willinius nos han dado opiniones distintas sobre lo que ha representado para ellos acudir a la ciudad francesa de Montpellier a jugar,
Para Marco Panic ha sido un poco incómodo cada vez que viaja no solo desde Montpellier a su país o a cualquier otra nación hacerse los test que son exigidos por las autoridades , sobre todo porque la realización de estos test incluye a todo su ámbito familiar que se ve irremediablemente involucrado, considera que se trata de una medida de precaución y que en el campo del deporte tales medidas han tenido sus señales de alarma como lo sucedido con el tenista Novak Djokovic quien perdió su último intento judicial para quedarse en Australia y fue deportado de este país por lo que no pudo participar en el Abierto de Australia por no presentar la constancia de vacunación
Por su parte Karl Willinius manifestó que se sintió muy bien cuando al ir a su ciudad natal en Eslovaquia no tuvo tantas limitaciones por el Covid, ni el uso del tapabocas. El país ya ha superado la situación de la pandemia, restricciones que todavía se mantienen vigentes en Francia pero que igualmente se estudia derogar
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