La expansión de la variante Delta, con una capacidad de contagio más elevada que el coronavirus original, está haciendo tambalear las previsiones sobre la cobertura que debe alcanzar la vacunación para conseguir la inmunidad colectiva, que podrían tener que revisarse al alza, han reconocido expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La variante Delta no es la única que causa inquietud, puesto que también la Alfa, la Beta y la Gama han surgido de mutaciones que las han hecho relativamente más transmisibles, virulentas y con el potencial de reducir la efectividad de las medidas recomendadas para contener la pandemia, razón por la cual la OMS las considera “variantes de preocupación”.
Según el último informe epidemiológico de la organización, la variante Delta (inicialmente detectada en India) se transmite actualmente en 135 países, la Beta (Sudáfrica) en 132, la Gama (Brasil) en 81 y la Alfa (Reino Unido) en 182.
“La cuestión de la inmunidad colectiva implica saber en qué medida la gente que no está vacunada está protegida simplemente porque vive entre gente que está inmunizada, pero no se trata de un simple número, ya que esto depende totalmente del nivel de transmisibilidad de un virus”, explicó la responsable del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien.
El sarampión -una enfermedad altamente contagiosa que sigue circulando, para la que existe una vacuna desde hace casi seis décadas y que requiere un 95 % de cobertura de vacunación- es un ejemplo que podría compararse con el del coronavirus, comentó la experta.
O’Brien reconoció que ahora mismo, en el caso de la Covid-19, “no sabemos cuál es la proporción de gente que debe estar inmunizada para proveer alguna protección a quienes no están vacunados”.
Cuando empezó la inmunización contra la Covid-19, los expertos partieron de la base de que se necesitaba vacunar a un 70 % de la población para alcanzar la inmunidad colectiva (también denominada “de rebaño” o “comunitaria”), pero la aparición de las variantes y su rápida propagación geográfica están forzando a una nueva reflexión al respecto.
O’Brien reconoció que “a medida que vemos variantes que son más transmisibles, ello significa que se necesitará una mayor proporción de la población que esté vacunada”.
La idea que subyace en la inmunidad de rebaño es que los que no están vacunados logran una protección indirecta, ya que los vacunados forman una barrera alrededor de ellos, lo que explica que no se requiere necesariamente que todas las personas se vacunen.
No obstante, la transmisibilidad que va ganando el coronavirus (debido a los “errores” que sufre al transmitirse de una persona a otra y que modifican su código genético) apunta a que ahora la cobertura de vacunación necesaria podría más bien estar en torno al 80 % o más.
El director de Emergencias Sanitarias de la OMS, Mike Ryan, ha sacado a relucir que la duración de la protección que ofrecen las vacunas también tendrán una impacto en el tiempo necesario para alcanzar la inmunidad colectiva, pero todavía no ha pasado el tiempo suficiente para conocer ese dato.
“Todavía no tenemos datos de largo plazo sobre esto, pero sí sabemos que con las variantes más transmisibles, el número posible de personas en la comunidad que deberán vacunarse puede ser mucho mayor de lo que sospechamos inicialmente”, señaló.
Otro elemento clave a tener en cuenta a la hora de proyectar cuándo se alcanzará la inmunidad colectiva es la eficacia de las vacunas, que varía entre las once que se están administrando en el mundo, de las cuales ocho han recibido una autorización de uso de emergencia por parte de la OMS.
Las distintas vacunas disponibles utilizan al menos tres tecnologías diferentes, con niveles de eficacia global que varían entre el 72 % y 96 %, pero que en todos los casos aumenta considerablemente y se aproximan cuando se trata de prevenir casos graves y hospitalizaciones por Covid.
Muchas personas que viven en países donde la cobertura de vacunación es elevada, particularmente en Europa y Norteamérica, no entienden por qué hay repuntes de contagios y la pandemia parece preparada para golpear en una nueva ola.
0’Brien explicó que esto no se debe a un fracaso de las vacunas, sino que es consecuencia de la actitud general de las personas vacunadas, que “se sienten seguras y dejan de lado las otras medidas de salud pública” que se preconizan desde el inicio de la pandemia, lo cual lleva a que se registre un aumento de casos.
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