Esta nueva variante se ha expandido rápidamente por el mundo haciendo que los gobiernos a nivel global tomen nuevas medidas al respecto en un intento por evitar la propagación masiva. Entre estas medidas destacan la reducción de aforo así como una serie de restricciones para quienes aún no se han vacunado.
Sin embargo, el virus sigue afectando a la población y por consiguiente a los sistemas sociales y económicos que los sostienen. Lo cual no es sorpresa ya que Ómicron se registra como 70% más contagiosa que otras variantes debido a sus mutaciones, que le permiten mayor facilidad para entrar en las células humanas.
En algunos casos, esta nueva variante puede llegar a tener similitud con un simple resfriado, pero en otros puede tener una mayor duración. De acuerdo con un estudio Noruego presentado en la revista médica Eurosurveillance, los síntomas podrían llegar a durar entre dos y cinco días en su mayoría.
Según especialistas estadounidenses del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) el primer síntoma que se presenta al infectarse de esta variante es el dolor de garganta. Mientras que el estudio Noruego informa que los síntomas pueden tener una duración de este tiempo presentado a continuación:
La OMS recomienda que toda persona mantenga una distancia de al menos un metro de las demás, el uso de mascarilla, ventilar las estancias y lugar los lugares con aglomeramiento de personas. Además de mantener las manos limpias, toser y estornudar en la flexura del codo o en un pañuelo desechable y vacunarse cuando les llegue el turno
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