Cuatro días han transcurrido desde que Estados Unidos en conjunto con Europa lanzó al espacio la nave SpaceX Falcon 9 la cual se encargará de medir la altura global del nivel del mar a lo largo de décadas.
Mediante un comunicado, la NASA dijo que el cohete partió a las 9:17 de la mañana de la Base Aérea Vandenberg en un arco hacia el océano Pacífico. Dicho arco regresó al sitio de lanzamiento en dónde podría reutilizarse.
La nave espacial será controlado por el Sentinel-6 Michael Freilich quien desplegará sus paneles solares para hacer contacto inicial.
Sobre el Falcon 9 se pudo conocer que su instrumento principal es un radioaltímetro de gran precisión que soltará pulsos de energía que sobrevolarán hacia los océanos del mundo y medirán sus alteraciones.
Desde 1992, la Nasa ha enviado al espacio sin interrupciones varios satélites, entre ellos el franco-estadounidense TOPEX-Poseidon hasta el actual Jason-3, con el fin de proyectar las reacciones del mar ante los fenómenos climatológicos tales como El Niño, que es una corriente cálida, y La Niña, que es fría, además del calentamiento global.
La directora de la División de Ciencias de la Tierra de NASA, Karen St. Germain, expresó que “nuestra Tierra es un sistema complejo de dinámica conectada entre la tierra, el océano, el hielo, la atmósfera y desde luego nuestras poblaciones humanas. Y ese sistema está cambiando”.
“Dado que 70% de la superficie de la Tierra es océano, los océanos cumplen un papel enorme en la manera como cambia el sistema en su conjunto”, acotó.
Más sin embargo, el director de observaciones de la Tierra de la Agencia Espacial Europea, Josef Aschbacher, señaló a The Associated Press que el nuevo satélite es una precisión sin precedentes ya que “es un parámetro extremadamente importante para el monitoreo del clima”.
La Nasa adelantó que tienen previsto lanzar en 2025 un gemelo idéntico, Sentinel-6B, para asegurar la continuidad del registro.
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