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Es un pequeño paso administrativo pero un gran salto para D. Ojeda. Tras meses de espera, esta persona que se identifica como no binaria puede finalmente solicitar un pasaporte estadounidense con un género «X», ni masculino ni femenino.
Mi familia «no siempre reconoce quien soy», pero con este documento «al menos, el Estado reconoce quien soy», explica a la AFP.
Es una las primeras personas en solicitar un pasaporte con género neutro, accesible para todos desde el lunes por obra de la administración de Joe Biden.
En su casa de Alexandria, en los suburbios de Washington, D. Ojeda llena el largo formulario: nombre, apellido y, en la tercera casilla del documento, una elección entre «H», «M» o «X», para hombre, mujer o neutro.
Unos cuantos otros países ofrecen la misma posibilidad. Australia lo hace desde 2011, y luego se sumaron Pakistán, Nepal, Nueva Zelanda, Canadá, Alemania y Argentina.
Así, D. confirma su «cambio de género» con respecto al último pasaporte en el que aparecía como mujer, sin tener que justificarse.
Y a esta persona, que utiliza los pronombres «they/them» en inglés -«elle» en español- y prefiere que se le conceda el masculino, le parece «increíble».
«Lo que es difícil para las personas trans es hacer cambiar algo. Y no pienso que debamos reunirnos con un profesional de la salud para demostrar quiénes somos», agrega este militante, doctor en psicología y trabajador del Centro Nacional para la Igualdad Transgénero, una de las asociaciones que impulsaron la medida ante la Casa Blanca.
«Cuando nos enteramos, virtualmente, frente a nuestros computadores, nos pusimos todos a llorar», cuenta D., de 34 años, sentado cerca de su oficina, con suéter azul, fina barba y cola de caballo.
El Departamento de Estado ya había informado en octubre de 2021 haber entregado el primer pasaporte estadounidense con una «X» bajo la mención «sexo», pero se trataba de un caso excepcional.
Su acceso para todos, anunciado el 31 de marzo, Día Internacional de la Visibilidad Transgénero, va acompañado de otras medidas del gobierno federal que buscan simplificar progresivamente la vida administrativa de las personas trans o no binarias.
Alrededor de 1,2 millones de personas se definen como no binarias en Estados Unidos, según un estudio de la Universidad de California publicado en junio.
D. Ojeda ya tenía una licencia de manejar del estado de Virginia con el género «X». «Solo fui a la administración de vehículos motorizados, tuve una cita, llené el formulario ¡y la casilla ‘X’ estaba allí!».
En numerosos otros estados estadounidenses, los representantes republicanos promueven en cambio medidas desfavorables para las personas transgénero, en medio de un clima político en el que las cuestiones de género e identidad polarizan al país.
Aunque no necesariamente sea a propósito, «siempre me llaman ‘señora’», cuenta D., y «es difícil cuando viajo».
Nacido en Perú, está ansioso por reunirse con su familia en el país suramericano con su nuevo pasaporte. «Mi familia aún no me entiende. Siguen sin usar el nombre que deseo» en lugar de su nombre femenino de nacimiento, que D. ya no quiere más.
«Cuando pretendía ser una mujer, y de verdad lo intenté mucho, siempre había algo que me molestaba».
«Ahora, al menos, tengo al Estado diciendo quien soy, como persona. Y (…) puedo decirle a la gente ‘He aquí mis papeles, el Estado me ve así, y quizá deberían comenzar a verme como soy’», afirma mientras seca una lágrima detrás de sus lentes.
«El mundo me parece ahora más seguro».
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