Cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad, «Los Caballos de Acero» tomaron desde muy temprano las instalaciones del Hospital Universitario Dr. Manuel Núñez Tovar.
Bajo el lema «Amor con amor se paga» los motorizados, abrazados en una sola voz, dijeron que no es solo una gota de amor, sino un baño de amor, de alegría y fe en el hospital.
«Esta es la casa de todos y aquí vamos y venimos todos», dijo Luis Giraldo, delegado de los motorizados, al destacar que fueron más de 250 caballos los que se abocaron -como un contingente de voluntades- a esta hermosa tarea.
Destacó que la tarea se hizo posible gracias al apoyo del Gobierno regional, a la Alcaldía de Maturín y al Ministerio del Poder Popular para Obras Públicas, con apoyo de las autoridades de salud «que lo están haciendo de la mejor manera y por el pueblo de Monagas», destacó Giraldo.
Es de hacer notar que en esta maravillosa jornada se hicieron presente autoridades y ex autoridades de salud en la entidad: Miguel Valdez, actual gerente médico de Pdvsa Oriente; William Dayar; Narciso Salazar; Gregorio Rincones, actual director del ambulatorio José Antonio Serres y muchos colaboradores como fundaciones que aportaron hidratación y frutas a los colaboradores.
Llamado de las autoridades
Desde Aguasay, en el oeste de Monagas, el Dr. Víctor Dávila, Autoridad Única de Salud, cumpliendo tareas en la Casa de Misiones -y en compañía de representantes ministeriales- aplaudió la iniciativa e hizo un llamado a la ciudadanía en general a que cuiden las instalaciones del hospital, le pongan corazón y sean respetuosos de los espacios que han sido acondicionados por este equipo organizado de hombres y mujeres que sienten propio el centro de salud.
«No lo contaminen, porque nos pertenece a todos», pidió Dávila, coincidiendo con Gustavo Lara, director del centro de salud.
Así mismo, Lara agradeció al Ejecutivo Regional y al gobernador Ernesto Luna por el apoyo, y principalmente a los Caballos de Acero. Afirmó que el trabajo en equipo continúa y que en los próximos días estarán concluyendo obras que se adelantan en los diferentes pisos y áreas asistenciales del principal centro de salud de Monagas.
«Esta es una Casa de Dios y como tal la estamos amando», concluyó.