El equipo de waterpolo de Montpellier comenzó su temporada apenas hace un mes y es lógico que antes de iniciar ya tenga sus metas y proyectos, las mismas se condensan en las declaraciones dadas por el entrenador Fabien Vasseur, quien indica «como siempre nos planteamos ser el primero, aunque Marsella sea el mejor, un equipo que jamás será destronado en Francia, tenemos que estar al menos en los cuatro primeros, estamos en el 6, para convertirlo en el cuarto tenemos que fijar ser los mejores.
La práctica de waterpolo conlleva un deporte que arrastra una gran fanaticada en esta ciudad ubicada al sur de Francia, y la noticia más importante para quien suscribe esta nota es que en esta temporada se estrena un jugador de este hemisferio, nos referimos a Tomas Alfonso Pozo, con quien conversaremos en esta entrevista.
El equipo no escapó de la situación creada por la pandemia, la cual afectó al mundo entero y al respecto el entrenador Vasseur contestó:
-El club ha perdido entre 40 % y 50 % desde la pandemia, por lo que se requiere el pase de salud obligatorio, lo que dificulta que los miembros se registren. Menos deportista que podría ser una profesional en el futuro. Además, si el fútbol no va en este momento, el resto del deporte tampoco lo está.
Vasseur responde «no tiene especial importancia si no, mezclar nacionalidades permite desarrollar la diversidad, tener un equipo mixto con diferentes nacionalidades, y no solo tener la mayoría solo de serbios-croata. En Latinoamérica hubo buenos jugadores, como el actualmente entrenador Mikal Houlli. Es bueno tener jugadores de otras nacionalidades como: Emil Hansen danés, el colombiano Andrés Aguilar, antiguo capitán del equipo.
Que un jugador latinoamericano ingrese a un equipo de waterpolo europeo es importante, mucho más si se trata del equipo francés de Montpellier donde para esta nueva temporada que recién se inició ahora en septiembre tal como lo dice su entrenador está dándole paso a la diversidad de nacionalidades.
Tomas Alfonso Pozo nació en Argentina y considera que la mayoría de los jugadores latinos que ingresan siempre han querido tener como sueño jugar en la máxima competición de los clubes europeos.
Para él existen diferencias en la manera de abordar el juego, en Europa es mucho más rápido y más físico, si no estás bien físicamente no puedes jugar. Además, el waterpolo, por lo general, es más dinámico que en otros países de Europa donde los jugadores son más fuertes.
Pero para su caso en particular como otros jugadores de Latinoamérica que han ingresado a un equipo de Europa no se trata solamente del pago sino de la pasión que le ponen los jugadores procedentes de Latinoamérica nunca será superada, «nosotros le ponemos pasión, quizás no nos entrenemos lo suficiente y estemos pendientes de la competencia del fin de semana, pero jugamos con el alma esa es la gran diferencia”.
Estos deportistas se adaptan para poder competir, explotan la agilidad y los movimientos rápidos frente a la fuerza y el tamaño que tienen los defensores.
Muchas veces, la vida te cambia los planes cuando más seguro estás de ellos. Y a veces te da la oportunidad de lograr sueños que creías ya no se harían realidad, Tomas Alfonzo Pozo está cumpliendo el sueño de muchos waterpolistas y nos demuestra que el esfuerzo siempre trae recompensas.
Colaboración de redacción: Ira Cedeño Herrera, profesora de Español del Instituto Champollion de Lattes e instructora de Deportes de la Clínica Stella en Lunel.