A estas cifras se suman, además, las 16.297 personas que debieron recibir atención médica en el enclave palestino desde el comienzo de la guerra con Israel.
La mayoría de las víctimas mortales registradas hasta el momento en el enclave se concentran en la ciudad de Gaza, donde 2.586 personas han perdido la vida, precisó el ministerio gazatí en un comunicado.
Le siguen 1.247 fallecidos en el norte del enclave, 791 en la zona centro, 588 en la región de Jan Yunis y 579 en el área de Rafah, fronteriza con Egipto.
Sanidad indicó también que las autoridades han sido alertadas sobre la posible presencia de 1.550 personas bajo los escombros causados por los ataque aéreos israelíes, y destacó que el listado de fallecidos en la Franja incluye a al menos 65 miembros del personal médico.
En las últimas horas, el Ejército israelí atacó «más de 400 objetivos terroristas» en Gaza, anunció un portavoz militar, que aseguró además que las tropas realizaron «una operación a gran escala para desmantelar las capacidades terroristas de Hamás».
Desde el comienzo de la guerra la tensión se ha intensificado también en Cisjordania ocupada, donde al menos 95 palestinos han perdido la vida en choques con la fuerzas israelíes y colonos en la zona.
El barrio de Gaza que quedó reducido a escombros en una sola noche
En un abrir y cerrar de ojos, las torres de Al Zahra, en el corazón de la Franja de Gaza, pasaron de ser un distrito residencial a convertirse en un montón de escombros.
Al menos 25 edificios residenciales de esa ciudad fueron derribadas en ataques aéreos israelíes, dirigidos a lo que había sido un barrio bastante tranquilo y acomodado.
Umm Salim al Saafin perdió su hogar. Esta mujer lloraba con amargura mientras contaba que el Ejército israelí les había ordenado evacuar sus hogares a las 8:30 pm del 19 de octubre.
Luego, dijo, bombardearon la zona continuamente desde las 9 de la noche hasta las 7 de la mañana del viernes.
Cuenta que en su edificio había 20 apartamentos, cada uno ocupado por una familia y que ninguno tenía otro lugar al que ir.
«Somos civiles que vivimos pacíficamente en nuestras casas. ¿Por qué nos bombardean? ¿Qué hemos hecho?»,- dijo Umm Mohammed, otra mujer que también perdió su casa.
El ataque a las torres de Al Zahra dejó a unas 5.000 personas sin hogar. Esto se suma a los cientos de miles de residentes de Gaza que ahora están desplazados.
«Esto es un genocidio», afirma Abu Rami, uno de los residentes que perdieron sus hogares.
Contó que algunas familias no se fueron y quedaron enterradas bajo los escombros, pero es imposible recuperar los cuerpos o incluso buscar sobrevivientes porque las ambulancias y otros equipos de emergencia no pueden acceder a la zona y carecen del equipo necesario.
«Todo lo que teníamos se ha ido», dijeron a la BBC los residentes que habían regresado para inspeccionar la destrucción de sus casas y buscar algunas pertenencias entre los escombros.
Recogieron algo de ropa envuelta en sábanas y se marcharon con almohadas, colchones y mantas.
Los residentes aseguran que hay gente enterrada bajo los escombros , pero hubo que detener la búsqueda de pertenencias.
Mientras el equipo de la BBC todavía estaba en el vecindario, un residente dijo que había recibido una llamada del ejército israelí ordenando a la gente que se fuera: las fuerzas armadas iba a destruir una de las torres restantes.
La BBC pidió a las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) comentarios acerca de qué fue específicamente atacado en Al Zahra.
Dijeron que estaban «respondiendo enérgicamente para desmantelar las capacidades militares y administrativas de Hamás» en respuesta a sus «ataques bárbaros».
Un “refugio” hecho en los 90
La ciudad de Al Zahra, donde se encontraban las torres destruidas, fue construida a finales de los años 90 en un terreno baldío.
El expresidente palestino Yasser Arafat ordenó su construcción para evitar la expansión del asentamiento de Nitzarim, que lindaba con la ciudad por el norte.
Los edificios y las calles de la ciudad eran relativamente modernos, con alrededor de 60 torres residenciales que albergaban hasta 10.000 residentes.
Era la sede de instituciones públicas, universidades y escuelas.
Hamza, un residente de al Zahra, dijo que la ciudad estaba lejos de las operaciones militares recientes y no había sido objetivo en guerras anteriores. Esta sensación de seguridad lo convirtió en un refugio para personas desplazadas de otras áreas.
Cuando comenzó la guerra, los residentes de al Zahra abrieron sus casas a sus familiares, y cada apartamento albergaba a dos o más familias.
Cuando las torres fueron destruidas, los residentes y sus invitados se quedaron sin refugio.
Incluso aquellos cuyas casas no fueron atacadas no pueden regresar por miedo a que las bombardeen en cualquier momento.
Hamza, que se aloja en casa de sus familiares, describe la situación como una «catástrofe humanitaria».
Redacción
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