Ángel Mendoza Zabala, un periodista venezolano que reside en Lima desde 2019, se enteró de los acontecimientos políticos en Perú durante una consulta clínica. Esperaba que, como en su país, cuando ocurrieron intentos de derrocamientos políticos, la cotidianidad quedara en suspenso y que alguien le notificara que su cita médica quedaba suspendida. No fue así.
“Asocio la parte de golpe de Estado con olor a pólvora, compras nerviosas y con encerrarse en la casa. Salí a comprar cosas porque me sonaba a crisis larga, pero no fue así. Había tráfico, transporte público, trabajo” en las calles de la capital, describió.
Como migrante, Núñez vive la situación con “incertidumbre” y su experiencia en Venezuela le lleva a preocuparse por el impacto que la situación política pueda tener en la economía peruana.
“Ante una eventualidad como esa, lo primero que hacemos los venezolanos es mirar el precio del dólar porque afecta las remesas que podemos mandar a Venezuela”, dice a la Voz de América.
A juicio de Núñez, los venezolanos están “de últimos en la cola”, porque cuando surge una “buena iniciativa gubernamental” que beneficia a los migrantes, “todo se paraliza” y admite que Perú tiene suficientes problemas como para tener que atender “los problemas de los demás”.
En su trabajo no puede utilizar teléfono; se enteró de todos los acontecimientos suscitados en cuestión de horas cuando alguien “se dignó” a encender las noticias.
“Es un poco frustrante porque puede estar ocurriendo un golpe de Estado y la vida sigue. Hay que seguir trabajando, eso es lo que tenemos que hacer”, afirma Núñez, que se ha replanteado su estadía en Perú por la crisis política que pareciera “nunca acabar”.
Con información de La Voz de América
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