Carlos Rodríguez, abogado e investigador en la línea de derechos de migrantes y refugiados venezolanos del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB), alertó que «la cifra de niños que salen de Venezuela sin sus padres sigue ascendiendo».
Recientemente el alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informaron que la cifra de migrantes y refugiados venezolanos ascendió a 6 millones, a pesar de que las fronteras están cerradas.
«Muchas personas se van del país por el bajo salario, el acceso a las medicinas. Sin embargo, en los últimos años la reunificación familiar ha sido una de las causas por las que las personas están saliendo del país», dijo el investigador durante una entrevista concedida a Radio Fe y Alegría Noticias este martes 14 de diciembre.
La mayoría de los que migran no tienen pasaporte, de acuerdo con Rodríguez. Los venezolanos se van solo con la cédula de identidad en mano, a veces ni siquiera vigente. No tener los documentos necesarios es el motivo principal por el que los migrantes optan por viajar en vías irregulares.
Según documentó el abogado, esto se debe a que tienen un estatus socioeconómico bajo. «Por eso algunos se van caminando, porque no tienen para pagar un autobús o un boleto de avión que le permita un viaje digno».
El único problema al que se enfrentan las organizaciones y los países receptores no es la ola masiva de migrantes, sino las afectaciones de distintos ámbitos que sufren los niños.
«Los cifra de niños que salen sin sus padres de Venezuela sigue ascendiendo y lo hacen en compañía de otros menores, en su mayoría pasan por trochas y salen solo con la cédula y en algunos casos sin ningún tipo de documento», afirmó Rodríguez.
Los niños viajeros deciden salir de Venezuela para buscar mejores oportunidades en algún lugar de Latinoamérica, poder ofrecerles más calidad de vida a sus familias enviándoles dinero. Pasan lo mismo que un adulto, pero se enfrentan a mayores peligros.
Según el abogado investigador, hay casos en los que son víctimas de explotación laboral, de trata e incluso los ponen a trabajar en oficios ilícitos. «Es una población muy vulnerable, muchos deben mendigar para poder continuar su ruta», subrayó.
«La situación de estos niños es bastante crítica porque es una población bastante invisibilizada de la que no se tiene cifras y sobre los cuales es necesario que los países receptores pongan la lupa y traten de adoptar medidas urgentes con enfoque de derechos humanos», refirió.
El abogado expresó que el 2022 será de «grandes retos» porque los países dejarán de aceptar pasaportes vencidos y pondrán cada vez más restricciones. Aseguró que el cambio político de Perú y las deportaciones amenaza a los venezolanos.
Aunque se prevé contribuir económicamente desde organismos internacionales para atender la migración, Rodríguez considera que el movimiento migratorio venezolano «va a durar muchos años».
«La regularización de migrantes venezolanos debe ser atendida durante el 2022. La migración venezolana es un hecho y los Estados deben entenderlo. Las políticas migratorias debe ser flexibles y adaptadas a la realidad del venezolano», sentenció.
Con información de RadioFeyAlegría
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