Los colombianos son la nacionalidad con más inmigrantes que han regularizado su situación en España por la modalidad conocida como arraigo desde que hace un año se flexibilizara la normativa, seguidos por marroquíes, hondureños y peruanos.
Según datos del Ministerio de Migraciones de España, las regularizaciones por arraigo se han disparado tras la entrada en vigor de la reforma del reglamento de extranjería: el pasado junio había 190.414 extranjeros con una autorización de residencia inicial en España gracias a esa fórmula, un 98,5 % más que doce meses antes.
El 21 % son colombianos (39.584) y el 17 % marroquíes (32.418). Seguidamente aparecen los hondureños, con 17.160 permisos y un perfil que los distingue del resto, pues el 73 % son mujeres cuando la tónica son hombres de 25 a 34 años.
A continuación, figura Perú con 12.866 autorizaciones y en la horquilla de las 10.000 a las 5.000 se sitúan Venezuela -que ha escalado varios puestos al aumentar más de un 200 % las autorizaciones-, Nicaragua, Paraguay, Cuba, Brasil, Senegal y Argentina.
En el caso de Brasil, Argentina y Cuba predomina el arraigo familiar, mientras que entre hondureños, nicaragüenses y senegaleses destaca el social.
El tiempo medio para conseguir sus papeles es de 2,8 años, ocho meses menos que hace un año, pero en casos como el de los bolivianos se eleva a 3,5.
«La flexibilización de los requisitos ha facilitado que muchas personas que vivían en España hayan podido regularizar su situación; ha sido muy favorable para muchos extranjeros», corrobora a EFE María Goñi, abogada especializada en extranjería en Accem, ONG dedicada a la atención de migrantes y refugiados.
Tras la última reforma del reglamento de extranjería, hay cuatro modalidades de arraigo: social, que exige demostrar tres años de residencia en España y contar con medios de subsistencia (normalmente un contrato); laboral, que permite acceder a papeles tras dos años y probando seis meses de trabajo; familiar, para familiares directos de ciudadanos españoles; y de formación, para quien se matricule en un curso formativo tras dos años de permanencia en el país.
La gran mayoría de quienes consiguieron el arraigo -176.328- nunca habían vivido en España en situación regular, con lo que salieron de lo que el Ministerio llama «situación de irregularidad profunda».
El mayor número de autorizaciones corresponde al arraigo social (93.971), mientras que porcentualmente destaca el incremento del 190 % del familiar, con más de 62.000.
Entre las novedades de esta figura, que implica una autorización para residir y trabajar durante cinco años (antes uno) a familiares extranjeros de ciudadanos españoles, es que ya no es necesario demostrar medios económicos suficientes.
El arraigo laboral (19.330 autorizaciones) ha experimentado, en cambio, un crecimiento más modesto, del 17 %.
Esta figura ya no está dirigida a quienes denuncien a su empleador por contratarlos sin papeles, sino que busca regularizar a quienes lleven al menos dos años y puedan demostrar que han trabajado seis meses.
Tampoco son muy elevadas las cifras del arraigo por formación, modelo creado con la reforma del reglamento y que permitió dar autorizaciones de residencia a 15.019.
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