En los últimos años, países como Ecuador, Colombia, Perú, Chile y Brasil, han confirmado la presencia de grupos ligados a la organización delictiva venezolana conocida como el Tren de Aragua.
La expansión de la agrupación criminal se ha convertido en el foco de atención, debido a los violentos métodos que utilizan para imponerse en territorios extranjeros.
Al respecto, el director del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), Roberto Briceño-León, explicó que se trata de una «organización que ha generado respuestas importantes en el continente, además de continuas menciones por parte de autoridades. Esto les ha dado un prestigio criminal que les sirve como sustento para sus actuaciones».
En entrevista para el Diario 2001, Briceño-León se refirió a lo ocurrido recientemente en la ciudad de Arica en Chile, cuando, tras el desalojo de viviendas en Cerro Chuño, se hallaron armas, drogas y el cadáver de un hombre.
Las autoridades chilenas detuvieron durante el operativo a 17 personas, involucradas con la banda de “Los Gallegos”, ligada al Tren de Aragua.
El sociólogo destacó que «el mismo ministro de relaciones interiores habló sobre el temido Tren de Aragua», antes de viajar a la región de Arica para planificar una lucha contra el crimen organizado, tras las presuntas amenazas de la agrupación contra los Carabineros de Chile.
La cárcel de Tocorón
Briceño-León explicó que el Tren de Aragua es una organización compuesta de distintas agrupaciones delictivas, las cuales se estructuran «de manera cooperativa y en jerarquías, hasta cierta medida, no completamente».
La banda se originó en los calabozos del Centro Penitenciario de Aragua, conocido como la cárcel de Tocorón, «debido al dominio que tenían de este retén» apuntó.
En sus inicios «se sabe que trabajaban con varias organizaciones del interior del país», detalló. Esas alianzas propiciaron su surgimiento, «lo que fueron los contratos para la instalación de la red ferroviaria del llano, y los sindicatos que estaban ahí. El Tren de Aragua tiene un origen similar a los denominados sindicatos, como los que hay en Barinas», comentó el experto.
Para el director del OVV, el crecimiento de esta asociación ilícita fue «muy fuerte, por la interface que se creó entre Tocorón y el mundo exterior. Consolidaron conexiones a nivel policial, militar y político; dependiendo de la zona. Así afianzaron su control», describió.
Entonces, desde la cárcel comenzaron a controlar el delito en el estado Aragua, Maracay y sus barrios, en el municipio Francisco Linares Alcántara. Y a partir de esas actividades, empezaron a controlar la ruta desde el llano a la zona costera, Valencia y Puerto cabello.
«Al controlar esa ruta, tomaron territorios donde se guardaba mercancía, drogas. Realizaban secuestros de personas o vehículos que luego se pagaban a los internos de la cárcel. De esos delitos ahí surgía el dinero con el que hicieron reparaciones internas de la cárcel de Tocorón. Instalaron un parque infantil, discotecas, banco. Todas esas transformaciones generaron una conexión muy amplia. Incluso en zonas de embarque, sus miembros salían de la cárcel y se encargaban de la distribución de las bolsas Clap», relató Briceño-León.
Consideró que fue la interacción dentro y fuera de la cárcel lo que dio al Tren de Aragua «una dinámica novedosa y particular en Venezuela».
Expansión del Tren de Aragua
El Tren de Aragua se dedica al tráfico y distribución de drogas en Venezuela. Además, en le territorio nacional y extranjero incurren en secuestros, robos y extorsiones.
La expansión en el continente del Tren de Aragua «comenzó como parte de la emigración venezolana», aseguró Briceño León.
«Esta organización logró imponerse en muchas zonas del país, pero en Venezuela las oportunidades del crimen redujeron. Esto fue consecuencia de la crisis humanitaria, la reducción de la economía y, posteriormente, la pandemia, dijo.
Con el déficit económico local, «muchos de sus miembros decidieron emigrar, y contaron con el apoyo de la organización para el proceso de salida del país. También tomaron métodos anteriormente generados por las bandas mexicanas y brasileñas, que permitían una expansión hacia otros territorios», precisó Briceño León.
Para ello, realizaban pagos a cambio del apoyo y el permiso de usar el nombre del Tren de Aragua. Estos grupos son subordinados, «pero en cualquier lugar del continente también utilizan su para imponerse y generar temor».
Liderazgo
Según expertos, Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero», quien actualmente se encuentra preso en la cárcel de Tocorón, sería el líder de la asociación delictiva.
Algunos aseguran que la primera vez que se supo sobre el Tren de Aragua, como una banda criminal, fue en 2013. Esto ocurrió meses después de la fuga de Tocorón del «Niño Guerrero», quien fue recapturado casi un año después.
Sin embargo, para Briceño-León, resulta difícil reconocer a los líderes de la banda, debido a sus vínculos con otras organizaciones. «Ha habido algunos personajes vinculados a ellos, el «Niño Guerrero» es uno. Así como la gente de la cárcel de Tocorón. Pero esta es una asociación que busca generar alianzas en una forma menos jerárquica, menos individualizada. Aunque todos los grupos y quienes la conforman tienen liderazgos, no buscan ‘alumbrar’ individualmente. Esto para no atraer la atención y que no haya un enfoque directo sobre ellos».
En un trabajo reciente publicado por BBC, la experta en crimen organizado, Ronna Risquez aseguró que Guerrero Flores es el líder oficialmente. Pero consideró que el grupo podría tener al menos dos líderes más, y se sospecha que uno podría estar en un estado minero venezolano y el otro en el extranjero.
A los líderes delictivos en Venezuela se les conoce como «pranes» y Héctor Guerrero Flores es quizá el más importante de todo el país.
Se imponen a través de la violencia
El Tren de Aragua «es muy temido por el ejercicio de la violencia. Ese es un comportamiento que en algunos países, como Ecuador, Perú y Chile, no ha sido adoptado por la delincuencia o el crimen organizado».
Recordó que hace 30 años, «era algo que tampoco se veía en el país. Esta conducta violenta y fuerte estaba en Colombia, no en Venezuela».
Acotó que «se sabe que hay grupos en la frontera colombo venezolana, que hay presencia en Perú, Chile, Ecuador. También conexiones en el Roraima y en Brasil.
En cuanto la cantidad de integrantes que conforman el Tren de Aragua, Briceño-León estima que «no es posible conocer el número exacto».
Señaló que otros expertos «hablan de entre 2 mil y 5 mil miembros, pero es difícil poder establecerlos. Aunque sí es seguro que es un número grande. Hay grupos que son propiamente del Tren y otros que actúan alrededor de los grupos locales que hay en distintos países y en algunas zonas de Venezuela», precisó.
Describió que «el grupo que actúa en la frontera con Colombia, tiene subgrupos que los apoyan en sus acciones».
En el caso de Perú «un grupo parece tener el control, en conjunto con el grupo en Venezuela, mientras que los otros sencillamente actúan en relación» con la cadena de mando, explicó.
Fuente: Diario 2001
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