Tras una información recabada por un medio Yaracuy al Día, el papá del infante habría dejado a su hijo dormido cuando este se fue a trabajar. Pasadas las horas, uno de los adultos que reside en la casa se percató de que el cuerpo del niño estaba sumergido de cabeza en un tobo, donde fue trasladado al hospital he ingreso sin signos vitales.
Los especialistas de salud notificaron el caso rápidamente al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Chivacoa.
De acuerdo con las investigaciones y el resultado del análisis realizado por los expertos del SENAMECF Yaracuy, arrojaron que el bebé tenía lesiones en la cabeza, y que probablemente había sido asesinado, por ello funcionarios del Cicpc detuvieron a los padres del niño, abuela materna, y a dos tíos paternos.
Según la progenitora alegó ante las autoridades que ella escuchaba voces que le decían que le causara daño al niño dejándolo caer en el tobo con agua, y que hasta la empujaban cuando tenía a su hijo en brazos.
Presuntamente, por esta razón es que el menor tenía fracturas en la cabeza. Las personas que viven con la fémina conocían lo que estaba sucediendo, pero, aparentemente, guardaron silencio convirtiéndose en cómplices.
Los detenidos indicaron a los efectivos que ninguno de ellos le causó la muerte al bebé, y que no se explican cómo apareció ahogado en el tobo.
Asimismo, trascendió que el día anterior al suceso, la mujer habría llevado al bebé al Hospital Tiburcio Garrido de Chivacoa, donde indicó que el menor se había caído y golpeado la cabeza, lo que hizo que perdiera el conocimiento por unos segundos. En esa oportunidad el personal médico evaluó al niño y lo dieron de alta horas después.