Este martes 26 de octubre se cumplieron dos años del asesinato de la joven Orlene Isabel Aristimuño Rivas, hecho ocurrido al sur de Maturín. Hasta el momento su familia no ha tenido paz, por lo que exigen que se haga justicia.
Igual que aquel día, la tarde estuvo gris como anunciando un mal presagio. Un «ya vuelvo» fue lo último que dijo Orlene antes de salir de su casa ubicada en la parroquia Las Cocuizas.
El suplicio que vive la señora Marlene Rivas, madre de la víctima, no tiene descripción alguna, aunque el tiempo pasa la herida no comienza a sanar. Todas las noche la mujer pide a Dios un respuesta por lo sucedido y saber el por qué le arrebataron de su lado, el fruto que se formó en su vientre.
Rivas agota todo los recursos para exigir justicia, por lo que acude a las redes sociales para que la información llegue al Fiscal General, Tarek William Saab, y el director nacional del Cicpc, comisario general Douglas Rico, y que el expediente sea desempolvado.
“Justicia para mi hija asesinada a quemarropa en Aribí. Exigimos al Misterio publico esclarecimiento del caso, permanece engavetado”, dice un Tuit que colgó la mujer, sedienta de justicia.
Tras salir de su vivienda, en Las Trinitarias, en compañía de personas aún por identificar, el cuerpo de la joven fue hallado en un terreno baldío.
Los cuerpos de seguridad dieron el cadáver de Aristimuño con heridas por trazado de proyectil; más tarde sus familiares recibieron la trágica noticia.
El caso se ha manejo con hermetismo según las breves declaraciones que han dado familiares directo de la hoy occisa.
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— Marlene Rivas (@Marlene66532517) October 26, 2021
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