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Solo cinco años transcurrieron para que los habitantes de Maturín, nuevamente quedaran atónitos tras conocer la noticia del asesinato de una mujer en manos de su hijo.
El pasado martes 16 de mayo, los gritos de Francis Gil, se escuchaban en todo el urbanismo Villa Real de Tipuro II.
A pesar que los vecinos dieron parte a las autoridades, fue imposible que su hijo, Santiago Gil, “Santi” ahora conocido como el “Monstruo de Tipuro”; no consumara el hecho, debido a que los efectivos de seguridad llegaron cuando ya no había más nada que hacer, sólo detener al responsable del abominable hecho.
Tras conocerse este suceso, es imposible no hacer mención que en los habitantes de la ciudad distinta permanece fresco el recuerdo de Jerinson Cavires, “el monstruo de La Junín”, para el momento tenía 20 años, hoy día tiene 25 y se encuentra cumpliendo pena en los calabozos de Polimonagas.
En el caso de Cavires, el joven pretendió hacerle creer al cuerpo detectivesco venezolano, que su progenitora, Rosalinda Miraval (50), se encontraba desaparecida luego que viajara hasta Charallave, en el estado Miranda, sin embargo, el suceso había sido consumado tres meses atrás.
El cadáver de la fémina fue lanzado en el caño Orinoco que atraviesa la ciudad distinta. Los bomberos hallaron un fémur, un pie y partes de una pierna en las aguas del caudal, a los minutos apareció el torso y los brazos. La cabeza cercenada fue encontrada por una hermana de las víctimas en la casa dentro de una cava con hielo. El asesino mató a su madre con un cuchillo, después la descuartizó con una sierra eléctrica.
“El Monstruo de la Junín”, quiso hacer el trabajo más fácil, por lo que quemó el cuerpo de la madre y muchos cercanos pensaron que estaba haciendo parrilla.
El impacto de este suceso trascendió más allá de las fronteras del estado Monagas, y en su capital, fue tema de conversación durante meses y el asesinato ahora, de Francis Gil, revivió aquellos momentos en los vecinos de La Junín, en periodistas y oficiales de seguridad.
En el caso de Tipuro y el de La Junín, existen varias similitudes: la víctima es la progenitora; el victimario es un joven menor de 30 años y aunque no desmembró el cuerpo, existió la intensión debido a que con un serrucho lo cortó a la altura del abdomen. Según los primeros indicios forenses, ambos poseen problemas mentales.
Los dos asesinos están en los calabozos aunque en organismos diferentes. Cavires lleva cinco años detenido, testigos aseguran que en oportunidades lo han visto realizando mantenimiento y limpieza de las áreas verdes de Polimonagas.
Gil, se mantiene en el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalistas (Cicpc), detenido por averiguaciones y en espera de lo que será su nuevo destino.
Cavires y Gil, no han sido los únicos que han puesto fin a la vida de sus progenitoras. Se pudo conocer que en la población de Caripito, municipio Bolívar, hace muchos años un hombre le disparó en la frente a su mamá.
La población de Santa Bárbara también tiene su monstruo, Reinaldo Rafael Reyes Castro, asesinó a su cuñada de 13 años.
El cadáver de la jovencita fue encontrado enterrado, atado de pies y manos, envuelto en tirro y arropado con un mantel de plástico.
Sobre el paradero de este victimario hay varias opciones, algunos alegan que fue sacado del país y otros manifiestan que el penal de La Pica pusieron punto final a su existencia terrenal.
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