“Pensé que era el fin del mundo y muchas cosas pasaron por mi mente”, relata aún con asombro y con la voz entrecortada Israel Medrano, un joven monaguense que emigró a la llamada «Madre Patria» desde hace siete años y se radicó en Valencia, buscando de mejores oportunidades pero que lamentablemente perdió todo en menos de una hora.
El trágico fenómeno meteorológico conocido “gota fría”, cuyo nombre real es Depresión Aislada en Niveles Altos (Dana), se viene presentando desde el pasado 22 de octubre, en esa zona de España. Estas tormentas suelen ser fenómenos típicos de las zonas mediterráneas, cuando las temperaturas del mar alcanzan su punto más cálido tras el verano, aumentando la posibilidad de lluvias intensas y prolongadas.
La intensidad de este evento ha sido tal que, hasta el momento, las autoridades contabilizan 158 muertos, además de desaparecidos y heridos.
Medrano en su relato contó que en horas de la madrugada tuvieron que abandonar la comunidad donde reside porque se estaba inundando, «pasé la noche cerca al centro de la ciudad. Hablé con un amigo que vive en lo alto y me dio hospedaje».
Por donde vive Israel, los supermercados “están cerrados como si estuviéramos en la pandemia muchos porque quedaron llenos de agua y lodo, y otros por temor a quedar vacíos debido a que la gente se desespera buscando alimentos. El transporte público trabaja a medias, el aeropuerto también se inundó, el metro aquí es subterráneo y se inundaron algunas estaciones”.
El monaguense no dudó en afirmar, “nos salvamos por suerte, esto es lo más parecido a si hubiese caído una bomba. La gente que estaba en la calle manejando le tocó subirse a los vehículos más grandes. Fue todo muy rápido”.
Israel junto al resto de los valencianos, no salen del impacto al saber que lo han perdido todo. Tres días después retornó a su residencia donde vive solo, y constató que el agua potable había empezado a llegar, por ahora le toca empezar a sacar los desechos que ingresaron la casa, en el trabajo han comprendido la situación y le han otorgado cuatro días libres.
Aunque atraviesa un situación difícil, confía en lo que dice una estrofa de una canción de Shakira «un día después de la tormenta, cuando menos piensa el sol» para así conseguir lo que hasta ahora habían logrado.
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