El chef español Daniel Sancho fue declarado culpable este jueves del asesinato y descuartizamiento del cirujano plástico colombiano Edwin Arrieta en Tailandia y condenado a cadena perpetua.
La fiscalía lo acusaba de tres cargos: asesinato premeditado, ocultamiento del cadáver y destrucción de documentación ajena (el pasaporte del médico colombiano).
Sancho se había declarado culpable de ocultar el cadáver de la víctima, pero negó haberlo asesinado de forma premeditada.
Este caso ha generado un enorme interés tanto dentro como fuera de España. Te damos cuatro claves para que entiendas lo sucedido.
Daniel Sancho es un cocinero español de 30 años, hijo del reconocido actor español Rodolfo Sancho («Amar en tiempos revueltos», «El ministerio del tiempo») y la actriz Silvia Bronchalo.
Es, además, nieto del recordado actor español Sancho Gracia («Curro Jiménez») y la uruguaya Noela Aguirre.
Tenía un canal de YouTube llamado «Puro disfrute» en el que hasta 2022 subía videos en los que aparecía cocinando.
Había conocido a Edwin Arrieta a través de internet, y habían acordado pasar unos días al inicio de agosto de 2023 en la paradisíaca isla de Ko Pha Ngan, en el Golfo de Tailandia (sur del país).
En esa isla se celebra todos los meses la Fiesta de la Luna Llena (Full Moon Party), un evento al que principalmente acuden turistas extranjeros. En esa ocasión, la fiesta se realizaba el 3 de agosto.
Ese día, un recolector de basura encontró una pelvis cercenada e intestinos humanos escondidos en una bolsa alrededor de las 12:30 p.m. en un vertedero de la isla.
Y fue el mismo Daniel Sancho quien reportó ante las autoridades tailandesas la misteriosa desaparición de su amigo.
La macabra historia comenzó el 31 de julio de 2023, cuando Daniel Sancho llegó a la isla tailandesa.
Arrieta -de 44 años- llegó el 2 de agosto.
Ese mismo día, estando en una villa que habían alquilado en el norte de la isla, Sancho habría matado a Arrieta, según las autoridades.
Según la versión del homicida en declaraciones a la agencia EFE días después del crimen, Arrieta lo «tenía como rehén».
«Era una jaula de cristal. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, dijo en ese momento.
«Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio. Que hiciéramos cosas juntos, que fuéramos a México, Chile, Colombia, a abrir un restaurante. Pero era todo mentira. Lo único que quería era a mí, que fuera su novio», aseguró entonces.
En el juicio, Sancho dijo que ambos pelearon tras un presunto intento de violación.
Sancho sostuvo que el médico colombiano en un momento de la pelea cayó dentro del baño y se golpeó la cabeza con el inodoro, tras lo cual murió.
Allí decidió deshacerse del cuerpo; lo desmembró, lo colocó en diferentes bolsas y lo esparció por la isla y en el mar.
Según la sentencia judicial, Sancho cometió el asesinato de forma premeditada.
Durante el juicio, la fiscalía proporcionó pruebas de que Sancho había comprado cuchillos, un serrucho y bolsas de plástico antes de que Arrieta llegara a la isla, y que los guardó en la habitación donde ocurrió el asesinato, lo que confirmaba la premeditación del crimen.
Edwin Arrieta Arteaga nació y creció en Lorica, un municipio del departamento de Córdoba, en el Caribe colombiano.
Vivía en en el barrio El Recreo en Montería, la capital del departamento.
Según la prensa colombiana, fue criado por una familia trabajadora. Su padre Leobaldo Arrieta se dedicaba a reparar radios y televisores, mientras que su madre Marcela Arteaga era profesora.
En su localidad natal, hubo conmoción por su asesinato.
Como médico cirujano, era miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP).
Darling Arrieta, hermana de la víctima, le dijo a la cadena local Caracol que «su sueño era conocer el mundo entero, por eso Edwin se la pasaba viajando».
«Mi mamá siempre estaba preocupada y le decía: ‘Edwin, deja de estar volando tanto'».
«Era un excelente hijo, un excelente hermano, tío, amigo. Una persona a quien le gustaba hacer obras de caridad», aseguró.
Arrieta estudió medicina en Barranquilla, antes de continuar sus estudios en Buenos Aires, donde se convirtió en cirujano plástico.
Tras culminar sus estudios, volvió a su Colombia natal y se instaló en Montería, una ciudad no muy lejos de la casa de sus padres.
Según su página web, trataba a pacientes «generalmente sanos que no se sienten a gusto con su cuerpo».
Gracias a su carrera, operando principalmente mujeres en Colombia y Chile, Arrieta cosechó decenas de miles de seguidores en las redes sociales.
Inicialmente, el tribunal había dictado la pena de muerte, pero fue conmutada por cadena perpetua al considerarse la cooperación de Sancho durante la investigación.
También lo halló culpable de ocultar el cadáver y sustraer el pasaporte de la víctima, pero como le dieron cadena perpetua, esa condena prevalece y «no puede combinarse con penas adicionales», explicó el tribunal en un comunicado.
El tribunal penal de la isla de Samui, donde tuvo lugar el juicio, también le ordenó el pago de unos US$119.000 como indemnización a la familia de Arrieta.
Tras conocerse la decisión judicial, los abogados de ambas familias se pronunciaron.
«El demandante está satisfecho con la sentencia porque él (Sancho) será encarcelado de por vida y ellos (los demandantes) recibirán una compensación económica», dijo Bussakorn Kaewleeled, representante legal en Tailandia de la familia de la víctima.
En España, Juan Gonzalo Ospina, otro abogado de la familia Arrieta, indicó que los familiares del cirujano nunca quisieron la pena de muerte y que consideran que «se ha hecho justicia».
«Esta cadena perpetua corresponde también con esa voluntad de la familia de que Daniel pase el mayor tiempo posible de sus días en prisión y, más, cuando a la fecha y en este momento todavía no se ha escuchado un perdón sincero, un perdón humano, por el daño que se produjo a unos padres que no se despidieron de un hijo y una hermana que no pudo decirle adiós a su hermano», añadió.
Ambas partes tienen derecho a recurrir la sentencia, primero ante el Tribunal de Apelaciones y por último ante el Tribunal Supremo.
La defensa de Sancho afirmó que apelará.
«Vamos a recurrir la sentencia», señaló la abogada de Sancho, Carmen Balfagón, quien dijo que no se esperaban la cadena perpetua.
“Sería atrevido valorar una sentencia que no conocemos. Ahora tenemos que traducirla, ver la motivación y, posteriormente, diremos los motivos para recurrir, pero de que se va a recurrir, seguro, sin ninguna duda”, añadió otro abogado, Marcos García-Montes.
El homicidio involuntario tiene una pena en Tailandia de entre 3 y 15 años de cárcel.
La prensa española informaba este jueves que los abogados de Sancho podrían buscar que, una vez cumplida una parte de la condena en Tailandia, el chef sea trasladado a una prisión española.
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