
Un estudio que pone de relieve la poderosa asociación entre el tiempo que pasan los niños y jóvenes pegados a las pantallas y el riesgo de desarrollar enfermedades cardiometabólicas, como hipertensión arterial, colesterol alto y resistencia a la insulina (que aumenta el riesgo de diabetes tipo 2).
Uno de los aspectos más llamativos publicado en la revista Journal of the American Heart Association, es la constatación del efecto añadido de no dormir lo suficiente. Expresado en cifras, aproximadamente el 12% de la asociación entre el tiempo frente a la pantalla y el riesgo cardiometabólico podría deberse a una menor duración del sueño.
La conclusión de los autores del análisis, basado en dos estudios realizados en Dinamarca con datos de más de 1.000 niños y adolescentes de 10 y de 18 años, es clara: “Limitar el tiempo de pantallas en la infancia y la adolescencia puede proteger la salud cardiaca y metabólica a largo plazo”.
A la luz del impacto multiplicador de la falta de sueño, los investigadores creen que centrarse las horas de descanso nocturno puede ser un buen punto de partida para un cambio de patrón en el uso de pantallas que reduzca el riesgo de hipertensión, diabetes y otras patologías a medio y largo plazo.
Asimismo, aconseja a los adultos predicar con el ejemplo: «Todos usamos dispositivos electrónicos, por lo que es importante guiar a los niños, adolescentes y jóvenes hacia una utilización más saludable, adaptándolos a su crecimiento”.
El Plan Digital Familiar de la AEP emite las siguientes recomendaciones sobre tiempo diario de uso de pantallas en función de la edad:
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