Un avión con 62 personas a bordo se estrelló este viernes por la tarde en una zona residencial de la ciudad de Vinhedo, en el interior de Sao Paulo, en Brasil.
La aerolínea indicó que en el vuelo viajaban 57 pasajeros y 4 tripulantes, y luego este sábado actualizó la cifra a 58. Según las autoridades locales, no hay sobrevivientes.
En tierra, solo resultó dañada una vivienda y no hubo heridos.
De acuerdo a Voepass Linhas Aéreas, empresa propietaria de la aeronave, el avión salió de Cascavel, en Paraná, y se dirigía a Guarulhos, Sao Paulo.
Los videos que circulan en las redes sociales muestran al avión cayendo en picada mientras gira en el aire. Las imágenes muestran una explosión y humo negro saliendo del lugar del impacto.
Antes llamada Passaredo Linhas Aéreas, la compañía fue fundada en 1995, atiende 37 destinos en todas las regiones de Brasil y transportó a más de 500.000 pasajeros en 2023, según la propia compañía aérea.
Con 29 años de historia, es considerada la aerolínea brasileña más antigua en operar en el país.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió un minuto de silencio y transmitió su «solidaridad a las familias y amigos de las víctimas».
«Me gustaría que todos se pusieran de pie para que podamos guardar un minuto de silencio porque acaba de caer un avión. Parece que todos han muerto», dijo el presidente al iniciar su discurso en el estado de Santa Catarina, en el sur del país.
Personal de la policía científica, civil y militar ha sido movilizado a la zona.
«Los equipos del Instituto Médico Legal y los responsables del rescate de los cuerpos también fueron remitidos para reforzar los trabajos», informó el gobierno local.
El gobernador Tarcísio de Freitas, que estaba en una reunión en el estado de Espírito Santo, regresó al estado de Sao Paulo para ir al municipio de Vinhedo «para acompañar el trabajo de los equipos», según informaron fuentes oficiales.
«Mi solidaridad a todas las víctimas y afectados por esta tragedia”, dijo el gobernador.
La localidad vecina de Valinhos ha enviado efectivos de emergencia al lugar, según informaron sus autoridades.
«20 hombres fueron movilizados, incluyendo tres vehículos de la Guardia Civil Municipal de Valinhos y un vehículo de la defensa civil», dijeron las autoridades de Valinhos en un comunicado.
La Agencia Nacional de Aviación Civil (ANAC) ha publicado un comunicado en el que lamenta el accidente y se solidariza con familiares y amigos de las víctimas.
«ANAC está supervisando la atención a las víctimas y sus familiares por parte de la empresa, así como adoptando las medidas necesarias para averiguar la situación de la aeronave y de los tripulantes».
Y en una rueda de prensa posterior Luiz Ricardo Nascimento, director del organismo, aseguró que el avión siniestrado «se encontraba en buen estado» y que contaba con los permisos para operar vigentes.
Una versión que confirmó la aeroolína, la cual inció que el aparato despegó «sin restricciones de vuelo, con todos sus sistemas capaces de realizar la operación».
El fabricante franco-italiano del avión, Avions de Transport Régional (ATR), que está «plenamente comprometido» a apoyar la investigación sobre las causas del incidente.
Este es el accidente aéreo más mortífero en Brasil desde 2007, cuando un avión de TAM estalló en llamas, matando a 199 personas.
Las causas del accidente todavía son un misterio.
La Fuerza Aérea Brasileña (FAB), a través del Departamento de Control del Espacio Aéreo (DECEA), informó que el vuelo «se desarrolló con normalidad hasta las 13:20 horas (hora local)».
Sin embargo, hasta las 13:21, la aeronave no respondió a las llamadas del Control de Aproximación de São Paulo, tampoco declaró emergencia, ni reportó encontrarse en condiciones climáticas adversas.
Un minuto después se perdió todo rastro del aparato.
«No hubo comunicación por parte de la aeronave con los órganos de control de que hubiera una emergencia», señaló el brigadier Marcelo Moreno, informó BBC Brasil.
El DECEA también reportó que las labores de rescate comenzaron apenas minutos después de que las autoridades perdieran el rastro del avión y encontraron sus restos dentro de un condominio.
En Brasil ha comenzado el doloroso proceso de ponerle rostro y nombre a las 62 personas que fallecieron en el accidente.
BBC Brasil reportó que entre las víctimas figuran médicos, políticos, un árbitro de judo e incluso una niña de solo 3 años.
“(Eran) médicos humanos, que trataban a todos los pacientes con gran dedicación, cariño y respeto”, publicó el Hospital Oncológico Uopeccan, en Cascavel, sobre las doctoras Arianne Albuquerque Estevan Risso y Mariana Comiran Belim, ambas residentes de oncología clínica, y quienes viajaban en el avión siniestrado.
Al menos otros dos galenos más fallecieron en el suceso. Los profesionales de la salud estaban a bordo porque iban a Sao Paulo a un congreso, informó el Consejo Federal de Medicina de Brasil (CFM) en un comunicado.
Por su parte, la Universidad Estadal del Oeste de Paraná (Unioeste) lamentó la perdida de ocho personas vinculadas a la institución, entre profesores y exalumnos. Uno de ellos el árbitro de judo y profesor del departamento de Educación Física, Edilson Hobold.
«Tenía 52 años y dedicó gran parte de su vida al judo, sobresaliendo como uno de los árbitros más destacados del país. Siempre amable y cortés, contaba con el respeto y la admiración de todos los que interactuaban con él», señaló la institución en un comunicado.
Una niña, de 3 años, también figura en la lista de fallecidos, de acuerdo con medios locales. El portal de noticias Catve.com aseguró que una de sus periodistas, Adriana Ibba, perdió a su hija, quien viajaba en el aparato con su padre, Rafael Fernando dos Santos, el cual también murió.
Otra familia destruida es la que conformaban Nélvio José Hubner, quien era fiscal general adjunto del municipio de Toledo, y Gracinda Marina da Silva, profesora de la Universidad Tecnológica Federal de Paraná y precandidata a concejala por un partido opositor.
«Casados desde hace 25 años, la pareja deja tres hijos e innumerables amigos y colegas que los admiraban tanto personal como profesionalmente», se lee en un mensaje de condolencia publicado en la cuenta de Instagram de la malograda aspirante.
El accidente del vuelo 2283 de Voepass fue presenciado por numerosas personas.
“Cuando escuché el sonido del avión cayendo, miré por la ventana de mi casa y vi el momento en que se estrelló”, le dijo Felipe Magalhaes a la agencia de noticias Reuters.
Por su parte, Letícia Oliveira do Nascimento aseguró que el aparato parecía «un avión de papel».
«Estaba claro que el piloto había perdido el control y que algo malo podía pasar. Y al final, realmente parecía papel y cayó. Estaba muy cerca del barrio donde vivo. Tan pronto como cayó, se levantó todo el humo y se hizo el silencio”, relató a BBC Brasil la estudiante de administración quien reside cerca de la zona del siniestro.
Por su parte, en el aeropuerto de Cascavel, de donde salió la arenoave, un puñado de pasajeros que perdieron el vuelo accidentado hablaron de sus sentimientos.
«Es una sensación abrumadora», admitió Adriano Assis a la prensa local.
El hombre dijo que la falta de información sobre la hora de salida del vuelo y la ausencia de personal de la aerolínea en la terminal le impideron abordar y le terminaron salvando la vida.
Con información de la BBC Mundo
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