El calamitoso desempeño de Joe Biden frente a Donald Trumpha alimentado especulaciones sobre la posibilidad de que el presidente demócrata de 81 años, que se presenta a la reelección en noviembre, tire la toalla.
Este escenario, actualmente muy improbable, sumiría a Estados Unidos en un periodo de gran incertidumbre.
Joe Biden, el presidente estadounidense en ejercicio de mayor edad perdió una oportunidad única para tranquilizar a millones de votantes sobre su forma física y su salud durante el primer debate de la campaña.
En el escenario, el líder demócrata a menudo parecía confundido, dejaba frases inacabadas y se trababa.
Nada más terminar el programa, numerosos demócratas anónimos pidieron en la prensa que dimitiera.
«Anoche tuvo una muy mala noche. La pregunta ahora es si eso lo descalificará para los próximos cuatro años», dijo el viernes la senadora demócrata Jeanne Shaheen. «Eso habrá que determinarlo».
Joe Biden repite a menudo que es el candidato más capaz de derrotar a Donald Trump, a pesar de que las encuestas muestran que su edad desanima a los votantes.
«Ya no camino con tanta facilidad como antes, no hablo con tanta fluidez como antes, no debato tan bien como antes», pero «puedo hacer este trabajo», dijo Biden en un mitin en Carolina del Norte (este).
El líder recibió un fuerte apoyo de Barack Obama, quien sigue siendo una de las voces más respetadas del Partido Demócrata. «Las noches de debates malos ocurren», dijo.
Si Joe Biden decidiera tirar la toalla, el proceso para sustituirlo sería un poco técnico.
El presidente ya ha sido designado candidato presidencial demócrata en una serie de primarias celebradas entre enero y junio.
Por tanto, en teoría debería ser entronizado en la convención del partido en Chicago.
Si Joe Biden abandonara la carrera antes de esta convención, prevista a mediados de agosto, la última palabra correspondería a los delegados del partido, 3.900 personas con perfiles muy variados. La opinión pública desconoce a la mayoría de ellas.
Sería entonces una «convención en la que todo está permitido», ya que cada bando trataría de impulsar a su candidato, predice Elaine Kamarck, investigadora del Brookings Institute, en una nota reciente.
Un escenario más o menos similar se produjo para los demócratas el 31 de marzo de 1968, cuando el presidente Lyndon B. Johnson anunció públicamente que no se presentaría a un segundo mandato, en plena guerra de Vietnam.
¿Y si Joe Biden abandonara entre la convención y las elecciones? El «comité nacional» del partido celebraría una sesión extraordinaria para nombrar al candidato.
Joe Biden ha nombrado a la vicepresidenta Kamala Harris para que haga campaña con él, pero no existe ninguna norma que establezca que el compañero de fórmula sustituya automáticamente al titular.
El jueves, Harris reconoció que Joe Biden había sido «lento al principio», pero que había «terminado fuerte».
En ningún momento mencionó la posibilidad de sustituirlo.
Kamala Harris, la primera mujer y la primera vicepresidenta afroestadounidense, podría tener a rivales entre la joven guardia del partido.
Como el gobernador de California, Gavin Newsom, que tiene el viento a favor entre los demócratas.
Pero Newsom consideró que este tipo de «conversaciones» «no son buenas» para la democracia.
También se barajan los nombres de la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y del gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro.
Fuente: Banca y Negocio
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