La entrega de flores amarillas se ha convertido en una costumbre frecuente cada 21 de septiembre. Sin embargo, esta tradición ha evolucionado y hoy también simboliza la amistad, la esperanza y los nuevos comienzos.
Esta celebración tiene como finalidad anunciar la llegada de la primavera, una estación que marca el renacer de la naturaleza. Su fecha varía según la región, en países del hemisferio sur se celebra el 21 de septiembre; en cambio, en el hemisferio norte, inicia el 21 de marzo, recuerda La Prensa Libre en su artículo.
Medios internacionales y redes sociales apuestan por ideas que transformen esta tradición. Las flores podrían acompañarse con cartas o mensajes escritas a mano, llevar esta tradición a hogares de ancianos o a enfermos, así como el promover la siembra de flores amarillas como símbolo de renovación.
Entre las flores más populares destacan las rosas y los girasoles, seguidos por tulipanes, gerberas, orquídeas y margaritas. Todas tienen en común el color amarillo, asociado con la luz, la alegría y la renovación.
Un origen en la televisión
El auge reciente de esta tradición se atribuye, en gran medida, a la telenovela argentina Floricienta. En esta historia, la protagonista —Florencia— sueña desde niña con que el joven que le gusta le regale flores amarillas como prueba de amor.
La serie narra cómo Florencia entra a trabajar en la mansión de la familia Fritzenwalden y se enamora de Federico, el mayor de seis hermanos. Con el tiempo, ambos inician una relación sentimental.Juegos familiares
Uno de los momentos más recordados es la canción Flores amarillas, interpretada por la protagonista: “Ella sabía que él sabía, que algún día pasaría, que vendría a buscarla con sus flores amarillas”.
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