«Alto el fuego inmediato en todos los frentes», pido la ayuda a la población palestina exhausta, cese de la “espiral de venganza” y pido el respeto de la soberanía de cada país, con esas palabras inició el Rezo el Santo Padre
Unas horas antes de comenzar los «dos días» de oración, con el Rosario en Santa María la Mayor y la jornada de oración y ayuno de mañana 7 de octubre, el Papa Francisco vuelve a invocar la paz en el Ángelus e indicar las posibles vías para poner fin a la barbarie que se vive en Oriente Medio desde hace más de un año.
El Papa lanza su llamamiento a todas las naciones del Medio Oriente a poner fin a la violencia y a seguir el camino de la paz. Un escenario angustioso y desolador, dijo el Papa, asomado a la ventana del Palacio Apostólico, dice «basta ya».
“Oriente Medio se ha sumido en un sufrimiento cada vez mayor, con acciones militares destructivas que siguen afectando a la población palestina. Esta población está sufriendo mucho en Gaza, son civiles inocentes, todas personas que deben recibir la ayuda humanitaria que necesitan. Pido un alto el fuego inmediato en todos los frentes, incluido el Líbano”.
El Obispo de Roma eleva su plegaria al cielo por todos los libaneses, “especialmente por los habitantes del sur que se ven obligados a abandonar sus pueblos”. Después se dirige a la comunidad de naciones, pidiéndoles que actúen para evitar que el conflicto se extienda: “Hago un llamamiento a la comunidad internacional para que ponga fin a la espiral de venganza desde todos los frentes”.
“Todas las naciones tienen derecho a existir en paz y seguridad y sus territorios no deben ser atacados ni invadidos. La soberanía debe ser respetada y garantizada por la paz.”
«En esta situación, la oración es más necesaria que nunca». El Papa, de hecho, invita a todos los fieles del mundo, a los presentes en la plaza pero también a los conectados vía streaming, a unirse al Rosario por la Paz esta tarde, a las 17 horas, en la Basílica de Santa María la Mayor. Una iniciativa que fue anunciada el pasado miércoles, en la Misa de apertura del Sínodo sobre la Sinodalidad y que contará con la participación de todos los miembros del Sínodo.
La oración de la tarde de hoy no terminará con el rezo, sino que idealmente continuará hasta mañana, día en el que todos los creyentes del mundo están convocados por el Papa a rezar y abstenerse de las comidas para implorar a Dios el don de la paz, que en estos tiempos de hoy parece haberse perdido en la memoria.
«Unámonos con la fuerza del bien contra las tramas diabólicas de la guerra», concluyó el Santo Padre.
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