«La amenaza del Covid-19 no ha desaparecido, aunque el mundo no quiera oír hablar de ella, los gobiernos deben estar preparados para responder a un resurgimiento de las infecciones», afirma la epidemióloga de la OMS, Maria Van Kerkhove, que dirigió la estrategia de la Organización Mundial de la Salud durante la crisis. Y es que desde Pekín ha llegado una nueva señal de alarma, aunque contenida.
La variante XBB de ómicron, que se ha hecho prevalente en China, está causando 40 millones de infecciones a la semana y alcanzará su punto álgido a finales de junio, con 65 millones de casos semanales, afirma el profesor Zhong Nanshan, el experto más respetado del gobierno chino en enfermedades respiratorias, reseñó El Mundo.
La situación es menos grave que el pasado enero, cuando tras la repentina retirada del gobierno chino de la política Covid-19 Cero, con sus asfixiantes bloqueos para la economía y la sociedad, se produjo una explosión de casos.
Entonces hubo 37 millones de infecciones al día y un número indeterminado de muertes (los modelos matemáticos desarrollados en Occidente suponían alrededor de un millón de muertes en tres meses críticos, de finales de diciembre a marzo). Si se llega a los 65 millones de casos semanales previstos para finales de junio, serán unos 9 millones al día, menos de la cuarta parte de la primera ola.
Este segundo pico no supondrá un grave problema de colapso para los hospitales chinos, según asegura a la prensa el Dr. Wang Guangfa, especialista del Hospital de la Universidad de Pekín. La primera ola del invierno pasado afectó a cerca del 80 % de la población de las grandes ciudades, provocando un fenómeno de inmunización que se está desvaneciendo seis meses después.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Pekín dejó de proporcionar boletines estadísticos semanales sobre el número de infecciones por Covid-19 desde principios de mayo, pero ha señalado que en China la variante XBB ha pasado de suponer el 0,2 % de los casos de Covid en febrero al 83,6 % en la actualidad.
El Dr. Wang Guangfa tranquiliza a la población: «La reinfección suele causar síntomas más leves». Además, la industria farmacéutica china ha desarrollado dos nuevas vacunas dirigidas a la nueva variante y el gobierno se prepara para ponerlas a disposición de la población lo antes posible.
El epidemiólogo Zhong Nanshan ha anunciado que las autoridades aprobarán pronto tres o cuatro vacunas más: «Estamos muy adelantados en investigación y desarrollo». El Dr. Van Kerkhove, de la OMS, hace un llamamiento a los gobiernos y a la población para que mantengan un nivel razonable de precauciones e insta a la comunidad internacional a que colabore para evitar un amenazador retorno del Covid-19.
Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud ha rechazado por enésima vez la solicitud de Taiwán de participar durante diez días en la asamblea anual, que se celebra desde el 21 de mayo en Ginebra. El veto lo ha vuelto a ganar China, que no quiere ningún reconocimiento internacional para la isla, a la que considera una provincia temporal e ilegítimamente separada y por reunificar.
La política se impuso una vez más a la salud mundial, señaló el Ministerio de Asuntos Exteriores de Taipei, recordando que el sistema sanitario de la isla democrática había reaccionado bien ante la pandemia y podría haber compartido su experiencia en la reunión de la OMS, en la que pidió participar como mero «observador».
Con información de Versión Final
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