El número de muertos por las devastadoras inundaciones que castigan al sur de Brasil llegó a 116 este viernes y el Gobierno alertó sobre unas fuertes precipitaciones previstas para el fin de semana, que pueden agravar aún más una situación que ya es crítica.
Las previsiones en algunas regiones del estado de Rio Grande do Sul es que las lluvias alcancen entre sábado y domingo un volumen de 115 milímetros, lo cual volverá a presionar el nivel de ríos que ya están desbordados, dijo el ministro de Información, Paulo Pimenta, en una rueda de prensa junto a otros miembros del gabinete.
«Es muy preocupante», apuntó el ministro de Desarrollo Regional, Waldez Goés, quien señaló que esas nuevas precipitaciones pueden poner en jaque el trabajo de los equipos que intentan recuperar el tránsito en decenas de carreteras de Rio Grande do Sul.
Pimenta explicó que, además de «salvar vidas» y «atender a los damnificados», las autoridades están concentradas en «recuperar las comunicaciones, la energía y las carreteras», a fin de restablecer «un mínimo de normalidad», y en garantizar el flujo de alimentos, agua y medicinas, que escasean en muchas regiones que permanecen aisladas.
Según el último balance oficial, después de diez días de lluvias intensas el desastre climático deja hasta ahora 116 muertos, 143 desaparecidos y 756 heridos, así como 70.772 personas alojadas en abrigos.
Además, hay casi dos millones de personas directamente afectadas en 437 municipios que están total o parcialmente bajo el agua y en los que hay un total de 337.346 desalojados.
La situación es preocupante en Porto Alegre, la capital regional, parcialmente inundada desde la semana pasada y donde el agua ha cubierto por completo el aeropuerto, lo cual dificulta las tareas de abastecimiento.
Pero en el interior del estado también hay ciudades que han sido casi destruidas y a muchas sólo se puede llegar en helicóptero, por lo que la previsión de nuevas lluvias pudiera dificultar aún más el envío de ayuda, admitió el comandante del Ejército, Tomás Paiva.
En la tarea de socorro participan efectivos todos los organismos de seguridad del Estado, junto a miles de voluntarios que se han sumado a una inmensa ola de solidaridad desatada en todo Brasil.
El Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva anunció este jueves un paquete de ayuda financiera por 50.000 millones de reales (9.800 millones de dólares) para Rio Grande do Sul.
Según calcularon las autoridades regionales, las necesidades iniciales para atender la emergencia están cifradas en 18.839 millones de reales (3.663 millones de dólares)
Fuente: Alberto News
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