
Un domador de tigres falleció el pasado sábado tras ser atacado por uno de los felinos bajo su cuidado en un santuario de Oklahoma en Estados Unidos (EE.UU.). «Esta tragedia es un recordatorio doloroso tanto de la belleza como de la imprevisibilidad del mundo natural», escribió Growler Pines Tiger Preserve en Facebook, confirmando el deceso de Ryan Easley.
La directora de vida silvestre cautiva de PETA, Debbie Metzler, afirmó que no resulta sorprendente que ocurran ataques de este tipo. «Nunca es seguro que los humanos interactúen directamente con depredadores ápice, y nunca es sorpresa cuando un humano es atacado por un felino grande estresado, que ha sido enjaulado, azotado y privado de todo lo natural e importante para ellos», señaló, reiterando el llamado del grupo a poner fin a la exhibición de animales salvajes y trasladarlos a santuarios acreditados.
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