Un reportaje de la revista Semana habla de los atentados de que han sido objeto presidentes en Colombia. El atentado de este viernes contra el helicóptero en que viajaba hacia Cúcuta el presidente de Colombia, Iván Duque, trajo a la memoria otros ataques contra mandatarios en las épocas más cruentas del conflicto armado.
El ataque a tiros contra el helicóptero presidencial, en el que también viajaban los ministros de Defensa, Diego Molano, y del Interior, Daniel Palacios, así como el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, pudo haber terminado en tragedia pero la tripulación logró aterrizar a salvo en el aeropuerto internacional Camilo Daza, en Cúcuta.
En abril de 2002, cuando Uribe era candidato a la Presidencia, fue víctima de otro atentado por parte de las FARC en Barranquilla, capital del departamento del Atlántico (norte).
Guerrilleros de las FARC activaron cargas explosivas al paso de la caravana en la que viajaba Uribe, que iba a bordo de una camioneta blindada y resultó ileso.
En ese ataque murieron cinco personas y decenas más quedaron heridas, la mayoría de ellas transeúntes.
Por el número de muertos, el atentado más grave contra un mandatario ocurrió el 7 de agosto de 2002 cuando la guerrilla de las FARC lanzó cohetes y morteros contra la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, poco antes de la investidura de Álvaro Uribe como presidente.
Algunos cohetes se desviaron y cayeron en viviendas de El Cartucho, un barrio de gente pobre del centro de Bogotá, y mataron a 19 personas e hirieron a otras 40.
Las víctimas eran en su mayoría indigentes que habitaban esa zona cercana a la Casa de Nariño y que hoy es un parque.
El entonces príncipe Felipe de Asturias y presidentes latinoamericanos estaban en esa ocasión como invitados a la posesión del jefe de Estado.
En febrero de 2003 las FARC perpetraron otro atentado contra Uribe en inmediaciones del aeropuerto de Neiva, capital del departamento sureño del Huila, pero la bomba explotó antes de que el avión presidencial aterrizara y dejó 15 muertos y 66 heridos.
Ese día el ataque se hizo mediante la detonación de una casa repleta de explosivos cercana al aeropuerto Benito Salas y las víctimas mortales fueron nueve policías, una fiscal y cinco civiles que formaban parte de la seguridad presidencial.
Por ese atentado fue condenado a 30 años de prisión el guerrillero experto en explosivos Aldemar Soto Charry, alias “El ingeniero”, integrante de la temida columna móvil Teófilo Forero de las FARC, que operaba en el sur del país.
Otro atentado terrorista enlutó al país el 27 de noviembre de 1989 cuando explotó en pleno vuelo un avión de Avianca que acaba despegar de Bogotá con destino a Cali, ataque que costó la vida a las 107 personas a bordo y a tres más en tierra.
Ese ataque fue atribuido al capo del cartel de las drogas de Medellín, Pablo Escobar, y tenía como objetivo al entonces candidato presidencial liberal César Gaviria Trujillo, quien finalmente no abordó ese vuelo y terminó siendo elegido jefe de Estado.
En esa campaña presidencial también fueron asesinados los candidatos Luis Carlos Galán y Bernardo Jaramillo, ambos en 1989, y Carlos Pizarro en 1990.
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