El gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro se ha sumido esta semana en una profunda crisis interna debido al escalamiento de un enfrentamiento entre dos de sus personas más cercanas: Laura Sarabia, la jefa de Gabinete, y Armando Benedetti, embajador en Venezuela.
Esta guerra interna dentro del Estado colombiano podría tener repercusiones que no solo se verían a corto plazo, sino también de cara al hecho político más importante de este 2023 en Colombia: las elecciones regionales de octubre.
La jefa de gabinete y el embajador se encuentran en el ojo del huracán tras un escándalo que se ha generado por una prueba de polígrafo realizada en las instalaciones de la Casa de Nariño a Marelbys Meza, niñera de Sarabia señalada por el robo de 7.000 dólares en la casa de la alta funcionaria y quien es muy cercana al entorno de Benedetti.
El miércoles, el diplomático escribió en su cuenta de Twitter: «Es Laura Sarabia la que está manipulando la información y esa cortina de humo no justifica el abuso de poder, el secuestro y la intimidación».
Benedetti fue uno de los mentores de Sarabia. Pero en los últimos meses sus relaciones venían en deterioro, más después de la situación con Marelbys, quien trabajó en el pasado para el hoy embajador en Venezuela.
El Tiempo reveló que Petro le ordenó a comienzos de semana a Benedetti que regresara al país, pero el embajador aún no llega a Bogotá. Esto luego de que se conociera que la niñera estuvo en Caracas, adonde viajó en un vuelo chárter. El exsenador asegura que él medió con Marelbys a solicitud de Sarabia, quien estaba preocupada supuestamente por el escándalo que se podía generar por la plata en efectivo que tenía en su casa y que fue hurtada.
Benedetti no habla de 7.000 dólares (unos 30 millones de pesos colombiano) —que Sarabia ha explicado como viáticos recibidos por sus viajes oficiales y no gastados— sino de 150 millones de pesos.
Con información de El Nacional
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