
Aunque no se ha precisado cuál puede ser el territorio exacto donde se cocinó una arepa por primera vez, sí se han podido definir las fechas más antiguas de presencia de maíz tanto en Colombia como en Venezuela.
En Colombia, el primer registró de la existencia de maíz data de hace unos 3.000 años, mientras que en Venezuela la estimación es de unos 2.800 años atrás.
La arepa no tiene un único país de origen, sino que es un plato precolombino que pertenece a la tradición de Colombia, Venezuela.
El debate sobre su paternidad es estéril, ya que el alimento existía antes y se le considera un símbolo gastronómico y cultural tanto de Venezuela como de Colombia, donde existen variedades y preparaciones diferentes.
«La arepa es un símbolo gastronómico de lo esencial venezolano, digno de un monumento», escribió el poeta Alfredo Armas Alfonzo en 1945, citado en el libro ¡Viva la Arepa!.
La arepa fue descrita por varios pensadores en Venezuela como un alimento patrimonial y un símbolo de identidad nacional.
«Es un alimento irrenunciable, de absoluta centralidad en la mesa del venezolano», recalca la antropóloga Ocarina Castillo.
En Colombia, explica Estrada, no hay una unidad nacional en cuanto a la estimación de la arepa.
«El Eje Cafetero (departamentos de Caldas, Quindío y Risaralda) sí la considera un símbolo alimenticio de su región y la incluye plenamente en la dieta.
Sin embargo, aclara Estrada, es un alimento de amplio consumo dentro de todo el territorio colombiano.
Tanto Colombia como Venezuela comparten entonces el gusto por esa masa redonda, que se puede asar, freír, hornear, rellenar o comer de manera simple, entre sus muchas -y muy ricas- variedades.
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