En la ciudad de Chicago, Illinois, los refugios destinados para los migrantes están saturados, mientras que quienes aún duermen en las calles comienzan a sufrir las bajas temperaturas. Esto ha obligado a muchos ciudadanos a empacar sus pertenencias y buscar albergue en otras ciudades al sur de Estados Unidos.
El venezolano Jesús Padilla es uno de los migrantes que junto con su familia decidió tomar un autobús en la estación Greyhound para viajar hasta Miami.
En declaración para Univisión Chicago, Padilla contó que estaban en un albergue donde hacía mucho frío, por lo que decidieron trasladarse hasta Florida, donde podrán permanecer en un departamento con mejores condiciones.
Padilla aseguró que tiene mucho que agradecer a la ciudad de Chicago por como los recibieron y trataron en el refugio donde permanecieron dos meses. Sin embargo, su bebé se enfermó luego de caer la primera nevada del año, lo que le obligó a replantear su estancia.
Aunque otras familias no quisieron hablar ante las cámaras, sí reconocieron que también decidieron buscar otro destino, principalmente por las mismas razones: el descenso de temperaturas y los refugios sin espacio.
Desde agosto de 2022 han llegado a Chicago más de 20.000 migrantes, de los cuales tienen lugar en refugio 11.634. Alrededor de 2.815 deben dormir en el suelo frío dentro de estaciones de policía.
Ante la situación, la junta del poblado de Oak Park aprobó la declaración de desastre por emergencia y así poder brindar vivienda, servicios de salud e intérpretes, entre otros, a los cientos de migrantes que desde hace días y meses duermen en carpas afuera del distrito 15 de la policía de Chicago.
La iglesia luterana Good Shepherd también está dando refugio temporal a más de 100 migrantes para apartarlos de las calles en momentos en que las temperaturas siguen descendiendo.
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